martes, 25 de diciembre de 2012

24 DÍAS. Liam Payne y tu. One shot.


(Narra Liam)

30 de noviembre. 

Vuelvo a andar por su habitación, de un lado a otro, frotándome el pelo. Se me ocurre la idea de algún viaje, pero la descarto enseguida. Liam, no tienes tanto dinero. Hmm. ¿Algún concierto?, tampoco, ningún grupo que le gusta tocara este mes en la ciudad. Me estoy quedando sin ideas, ¿cómo puedo quedarme en blanco cuando lo sé absolutamente todo de ella?. 

Me apoyo en la pared y cierro los ojos recordando algunos momentos y algunas cosas. Bah, vuelvo a andar desesperado de un lado a otro.

-Liam, o te estás quieto o te echo de una patada.- dice Amy sin dejar de teclear el ordenador.
-Lo siento, ¿estás hablando con ella?
-Sí, tranqui, cree que estás cuidando de tu maravilloso primito.- dice irónica.
-Uy sí.- suspiro- bueno, ¿qué puedo hacer?
-Tu la conoces mejor que nadie, bueno después de mí.- dice con una sonrisa autosuficiente.- es tu mejor amiga.
-Pero han pasado más de dos años.
-Mira, ha visto pasar a tres tías ya, y la muy tonta aún te sigue esperando.- la miro frunciendo el ceño.- ¿qué?, es verdad. 
-Tienes razón. Pero solo tengo... no tengo ni un mes.- vuelvo a ir de un lado a otro de la habitación.
-¿En qué estás pensando?
-He descartado el viaje y el concierto.
-¿Por qué quieres hacer eso?, mira, tal y como te he dicho te voy a echar de una patada, pero si te sirve de consejo. No le gustan todas esas cosas, decantate más por los pequeños detalles.- me giró con brusquedad contra la puerta y efectivamente me dio una patada en el culo.
-Auch.
-Te lo había advertido.- nos echamos a reír a la vez mientras yo me froto el pantalón, aún me duele. 


Es de noche y no me puedo dormir, sólo se dar vueltas en la cama. Pequeños detalles. ¿Qué pequeños detalles?, por una vez en mi vida cojo una libreta y un bolígrafo sin tener que hacer ningún trabajo de clase. Intento acordarme de las cosas que sé que más le gustan. Sé que le gusta escribir. Joder y mira que me ha pasado algunas cosas y yo aún ni he leído un párrafo. Sé que le gusta... el chocolate, ¿cúal?, el negro no, ese seguro que no. Sé que le gustan los musicales. Abro el portátil y escribo “musicales diciembre 2012” quizá haya algo. Busco durante un rato. Perfecto, van a estrenar, Los miserables, el día de navidad.

Ya tengo varias cosas apuntadas, sólo me queda saber que hacer con todo este montón de letras mal hechas. Hm. Vale Liam, y si....


1 de diciembre.

Me he quedado dormido después de comer, esperemos que ella aún no haya hecho planes con nadie. Me lavo la cara y me limpio los dientes, aun adormecido voy hasta el armario y me pongo a vestirme. Son las seis de la tarde. Cojo un par de chicles de menta del cajón de la entrada y salgo de casa.

Llego hasta su calle y cuando voy a tocar al interfono la puerta está abierta. En el ascensor no puedo evitar mirarme dos o tres veces en el espejo y colocarme mejor la camisa. Llamo a su puerta y escucho a su perro, como siempre ladrar. Para mi sorpresa es ella la que me abre, en pijama aún y con una coleta al lado. 

-¿Liam?- dice torciendo la cabeza.
-Creo que sí, supongo que tendré que esperar a que te cambies pero, ¿te vienes a dar un vuelta?
-¿Eh?- dice extrañada- ¿hoy no has quedado con Anne?.- pregunta aún más extrañada.
-No hoy no.- luego se lo explicaré todo.- ¿te vienes?
-Sí, supongo que sí. 

Mientras se viste en el baño espero sentado en su cama. Las fotos de todo nuestro grupo de amigos decoran un gran corcho, donde también hay una foto de nosotros juntos haciendo los idiotas, sonrío como uno acordándome de ese día.

-¿Y se puede saber que se te ha pasado por la cabeza para venir hoy a por mí?
-¿Qué pasa?, ¿no puedo querer pasar el día con mi mejor amiga?
-Ah.- parece decepcionada- ya. Sí claro- procura sonreír. 

Pasamos todo el camino hablando hasta que llegamos a dónde me interesaba. Ella no tenía tiendas de ropa favorita pero si la tenía de batidos. Una de las cosas que nadie más igualaba. 

-Vamos a comprarnos uno.- digo haciéndome el loco.
-No te voy a decir que no.

Se pide el de siempre, el de chocolate caliente con nata. 


3 de diciembre. 

-Esta semana la tengo llena de exámenes pero el viernes soy toda tuya.- creo que no sabe lo que dice. Me río ante el comentario al otro lado del teléfono.- bueno, quiero decir...
-No ahora no te excuses, el viernes nos vemos.
-Liam- se queja como una niña pequeña- no te rías de mí. 

Colgamos. Aún así no me voy a esperar al viernes. Quiero que cada día, hasta que la pueda llevar a ver la película en navidad, lo recuerde.

Salgo de casa sin mucho dinero en la cartera, ya han pasado dos horas desde que la llame, le ha tenido que dar tiempo ha estudiar bastante. Me acuerdo del día que pasamos por una tienda de peluches y no pudo dejar de mirarlos a todos como si fuera una niña pequeña. Sea cual sea el que le regale, pediré antes la opinión de Amy.

-Digamelo.- dijo divertida.
-¿Amy?
-Aha, sea lo que sea lo sabré.
-¿Cómo haces eso?
-Eres predecible, suéltalo.
-Vale- me reí.- es un peluche.
-¿Hay tortugas?
-¿Tortugas?- pregunté algo perdido.
-Sí.
-Pues no sé, supongo.
-Pues una tortuga.
-¿En serio?
-Sep.
-Bueno vale, te haré caso.
-¿Me llamarás mucho más a los largo de estos días?, es por empezar a pensar que te pediré a cambio.
-Sí, empieza a pensarlo y gracias.- colgué y agarré el primer peluche en forma de tortuga que se me puso por enmedio. 

Cuando llego a su casa me abre su madre con un delantal en la cintura, supongo que estará haciendo la cena.

-Hola Liam- me saluda y vuelve a sus cosas.- está en su habitación.
-Ah vale.- olfateo- huele muy bien.

Toco antes de entrar a su cuarto y escucho un, "pasa mamá", desde dentro. 

-Buenas tardes a ti también.
-¿Qué haces aquí?- tan extrañada como siempre. 
-Me aburría, he venido a traerte algo para que te animes estudiando.
-¿En serio?- asiento y le doy el peluche, no lo había envuelto es otra de las cosas que no le gustan.- aww, que mona. 
-¿Qué estudiabas?
-Historia, ¿hoy tampoco salía Anne?- ¿es qué todos los días lo preguntaría?
-No, hoy tampoco.
-¿Cuánto tiempo te vas a quedar?- pregunta mordiéndose el labio, aparto la mirada. 
-Sólo un rato.
-Le diré a mi madre que haga chocolate caliente.- se marcha de la habitación casi dando saltitos.


7 de diciembre.

-Como te hayas gastado más dinero te voy a machacar.
-Te aseguro que estaba en una tienda de segunda mano y que no me a costado casi nada.

Le da la vuelta al libro y abre exageradamente los ojos, creo que le ha gustado mucho de verdad. 

-Se supone que te gusta Shakespeare. 
-Me encanta.
-Pues encontré esta recopilación de todas las tragedias y no sé, me acordé de ti.
-¿De verdad que no te has gastado casi nada?
-De verdad. 


8 de diciembre.

-Pero si nunca te han gustado las fotos.- dice buscando su cámara en el cajón de su escritorio.
-Ya pero a ti te gusta hacer fotos, me resignaré.
-No tienes porque, no te he pedido nada. 
-Por eso mismo, me apetece que lo hagas. 
-Vale. Sigo preguntandomelo.
-No, hoy tampoco he quedado con ella. 
-¿De verdad has traído cambios de ropa?
-Sólo un par.


-(_______)- la llamo después de siete u ocho fotos.
-Sí perdón.
-Te has quedado parada.
-Lo sé- traga saliva.- vuelve a ponerte igual que antes.



-Vale ya la tengo, puedes ponerte la otra ropa si quieres.




Veo como me mira de reojo avergonzada y agachando la cabeza mientras me quito el jersey. Me pongo la chaqueta negra. Realmente le gusta eso de hacer fotos.

-¿Me dejarás hacerte alguna sonriendo? 



-¿Vale así?
-Sí.- se pone colorada.- ha quedado muy bien.


12 de diciembre. 

-¿De que me sorprendo?- dice dejándome entrar.
-Eso es que no te alegras de verme.
-Sabes de sobra que no es eso.
-¿Has empezado ya?
-No, estaba poniendo los periódicos en el suelo?
-Has elegido el color ya, ¿no?
-Sí. Quiero azul cielo para tres paredes y morado para una. 
-Pues vamos a pintar. 

Pintamos las tres primeras de color azul y dejamos la morada para la última. Mientras ella ha empezado a pintar meto un dedo en el bote de pintura morada y antes de que se de cuenta yo lo tiene esturreado por toda la cara. 

-Te vas a arrepentir, Payne. 

Me pasa la brocha por la cara y hasta noto como me ha manchado los labios. 

-Oh, ahora si que te vas a enterar tu.

Me mancho ambas palmas de las manos con la pintura que hay en la tapadera. Ella ya ha dado un grito y se ha puesto a dar vueltas alrededor de sus muebles.

-¿Te piensas que así vas a librarte?
-Vamos Liam, por favor.
-Ah, ah.

Consigo acorralarla pero sin darme cuenta apoyo las manos en una de las paredes azules dejándola en medio. Ella se ríe aún sin percatarse de nada y me quita con los dedos la pintura de los labios. Dios, está tan cerca. 

-¿Acabas de manchar mi pared azul?- pregunta sin apartar la vista de mi boca.
-Sí, lo siento.- la dejo salir de su encerrona.
-No ha quedado tan mal. A ver- me imita y acaba con las manos igual de manchadas.- hmmm.- se queda pensando.
-Creo que así quedará mejor.- agarró sus muñecas y hago que sus manos queden marcadas entre la huella de las mías. 


15 de diciembre.


-¿No la has visto nunca?- pregunta metiendo la película en el DVD.
-No, la he alquilado porque se que es tu favorita.
-Últimamente te noto rarisimo.
-No estoy raro. 
-Sí lo estás.- se sienta al otro lado del sofá.
-Vente conmigo.- pido y ordeno a la vez.

Ella se levanta, le da al play y comienza, Slumdog millionaire. Después se sienta a mi lado y sube las piernas al sofá. 

-Sigues estando lejos, ¿sabés?- paso un brazo por su hombro y la pego más a mí.
-No creo que le haga gracia Anne.
-Pues no pienses en ella.- susurro en su oído y me acomodo para ver la película. 


20 de diciembre.

-Osea que de todas las veces que te he mandado algo por correo no has leído nada.
-Hm, no.- me sincero.
-¿Y por qué ahora quieres hacerlo?
-No sé, me apetece. 

Me pasa su portatil.

-Esa es la carpeta, abre el archivo que quieras.
-Quiero que me lo leas tu.
-Liam, me da una vergüenza enorme.
-Pues quiero que me lo leas tu.

Suspira y cede. Abro un archivo cualquiera y se lo doy para que empiece a leerlo. 

Cuando termina trago saliva y dejo de mirarla. Me ha encantado lo que he oído y me siento culpable por no haberle echo caso nunca. Joder, me muero de ganas por comérmela a besos. 

25 de diciembre.

-No, no tenía más días, quería hablar contigo hoy.
-Vale, pues cuéntame.- se sienta en los escalones.
-Pues te quería decir que... dejé a Anne hace un mes. No te había dicho nada porque no tenía ganas de aburriste contándotelo todo y me apetecía pasar más tiempo contigo.
-Osea, ¿cuándo estuvimos pintando mi habitación ya no estabas con ella?
-No.
-Cuando lo de las fresas con nata, lo de la película, la sesión de fotos...
-No, ya no estábamos juntos.
-Pero todos los días has estado conmigo, ¿por qué?
-Pues, dejé a Anne porque... quería pasar más tiempo...- repito- contigo. 
-¿En serio?- dice con brillo en los ojos. 
-Sí. 
-¿Estás... enfadada?
-¿Cómo voy a estarlo?
-Me alegro, quería darte esto.- saco las entradas del bolsillo y se las doy. 
-Madre mía, Liam, pero si estaban agotadas para el estreno.- dice cogiéndolas. 
-Las compré hace tiempo.
-Muchísimas gracias, ¿la vamos a ver juntos?
-Claro.- asiento y me da un fuerte abrazo. 
-No tengo nada para ti.- dice y arruga los labios.
-Creo que eso se puede arreglar.- digo pasando un mechón de su pelo tras su oreja.
-Sí, ¿cómo?.- dice sonriendo y acercándose a mí.
-Todo lo que quiero por navidad eres tu.

Vuelve a sonreír y me acerco a ella poco a poco. Junto sus labios con los míos y casi adrede comienza a sonar una de esas canciones navideñas.







FELIZ NAVIDAD, DIRECTIONERS. ;)




lunes, 24 de diciembre de 2012

Harry Styles y tu. One shot, parte 3 y última.

Lo primero he mezclado demasiadas cosas raras y no me ha convencido nada este one shot pero bueno, es lo que se me ha ocurrido. Lo segundo, para intentar compensar he hecho esta tercera parte un poquito más larga que las demás (aunque es resultado sea el mismo). Tercero, se que el final va a ser como "ya? ya esta?" pero que caso uno se imagine como se quedan ya ellos después.

Y eso, lo siento si no os gusta :s.

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(Narra _______)

[Dos meses después]

-Se supone que esto es mi trabajo.-dije entrando a la tintorería después de que me abriera la puerta.
-Pero en ningún momento dije que no te iba a acompañar.- contestó Harry quitándose las gafas de sol.

Tras dejar tres cosas allí y acercarnos a comprar unas cosas que necesitaba Louis para no se que asusto le pedí que me llevara a casa.

-Vamos, sólo son las ocho y aún ni has cenado, vamos a comer algo.
-Debo irme a casa, de verdad. Prefiero estar allí antes de que lleguen.
-Venga (______), sólo será un ratito.

Al final cedí, esperaba que Angela me cubriera inventándose cualquier cosa. Desde hace dos meses ambas nos hemos negado a seguir haciendo lo que nos pedían cosa que nos había costado algún que otro guantazo pero me daba igual. Prefería eso ha seguir con mi vida anterior.

Entramos a un sitio de comida rápida y pidió un par de hamburguesas con un refresco grande de nestea. Salía mejor que pedir dos pequeños, así que porque no. Echamos a andar por en centro de la ciudad mientras nos comiamos la comida.

-Hoy ni te he preguntado, ¿cómo está la simpática de tu hermana?- dijo irónico, le sonreí y conteste.
-Rara, últimamente rara. En serio. Siempre que volvemos de vuestra casa está extraña.
-¿Y eso?
-Mo lo sse- dije con la boca llena de hamburguesa.
-¿Os han vuelto a hacer algo?- dijo esta vez serio.
-Nada grave.- me miró alzando una ceja.- te lo prometo.- era verdad.

A las nueve y media me llevó a mi casa y me dijo que ese fin de semana iba a arreglar el sótano de su casa. Cómo siempre desde que le conocía me ofrecí a echarle una mano en todo, por más que le ayudara sabía que nunca iba a devolverle el favor.

Entré a casa y muy callada entré a mi cuarto, Angela estaba en su cama con la mirada perdida en el techo.

-Angela.- la llamé.
-¿Cómo has tardado tanto?- se levanto rapidamente.
-Lo sé, lo siento.
-No (______), hoy están peor que nun... - ¡PUM PUM PUM! Los golpes a la puerta nos hicieron girar la cara a ambas
-¿Qué pasa?- pregunté abrazándola.
-¿Se puede saber de dónde coño vienes, niñata?- dijo ese, hombre, que ni podia llamarse hombre.
-Déjala.- me defendió Angela.
-Quíta idiota- la apartó de un manotazo.
-Suéltame.- chillé mientras me agarraba de la muñeca y me hacía chocar con la pared. Noté un ardor en la mano, justo donde me había agarrado. Me dolía horriblemente.


Cerré los ojos con fuerza e intenté no pensar, ya me había acostumbrado a los golpes. Solo pensé en otras cosas. Noté algo en la boca, sabía como a sangre, y era mía, una herida en el labio. Escuché los gritos de Angela y cuando abrí los ojos estábamos en el pasillo. Iba a volver a por mí, me agarré a la barandilla de las escaleras.

-¡No la golpees más, capullo!- escuché el chillido de Angela y la vi delante de mí.

Pero el golpe lo recibió ella, se tambaleó, tragué saliva he intenté levantarme para agarrarla, me fue imposible y ella cayó por las escaleras mientras cada golpe que yo escuchaba me daba una punzada en el corazón.

Él bajo las escaleras y sin prestarle atención salió de casa dando un portazo.

-¡Angela!- me levanté sujetándome con fuerza la muñeca. Bajé las escaleras y comprobé que todos sus ligamentos estuvieran bien aunque posiblemente se hubiera fracturado algo, pero ella estaba inconsciente.. Saqué el móvil del bolsillo de su pantalón ya que yo había dejado el mio en mi cuarto y desesperada llamé a una ambulancia.

A los minutos me acordé y me fui corriendo a la habitación y rebusqué en la funda mi almohada, donde lo había escondido. Llegué de nuevo junto a Angela y marqué el número de teléfono.

-¿Sí?- dijo él al otro lado de la línea.
-Harry.- conteste echándome a llorar.



(Narra Harry)

Louis y yo llegamos en veinte minutos por culpa del maldito tráfico. Subímos hasta la planta que (______) me había indicado cuando ellas llegaron y la encontré fuera de la habitación. Me fijé en su muñeca, llena de vendas, en la herida de su labio y en un moratón que llevaba cerca del ojo izquierdo. Si pillaba a ese hijo de puta lo mataba, lo juro.

(_______) se acercó a mí y la abracé con fuerza.

-¿Cómo está?- pregunté.
-No ha despertado aún, ¡no me dicen nada!.- dijo en mi pecho. Louis prestó atención a la conversación.

A los pocos minutos salió un doctor y se puso a hablar con ella.

-Señorita (______), ¿verdad?- ella asintió.- tenemos buenas noticias. Sólo se ha fracturado el brazo pero se llevó un gran golpe en la cabeza, ahora mismo se quedará en observación pero esperamos que en unas horas despierte. No hay nada grave, se lo prometo.
-¿De verdad?, ¿puedo entrar a verla?- el doctor nos miró a los tres.
-Pueden quedarse en la habitación el tiempo que deseen, pero sólo una persona. Le iremos informando.- dijo mientras se marchaba y (______) le volvió a dar las gracias.
-Vamos, entra.- la animé abriendo la puerta.
-Si.- dijo enjuagando sus lágrimas.

-¿Louis?- pregunté viéndolo tenso.
-¿Qué?
-¿Qué te ocurre?
-Nada.- dijo seco y se apoyó en la pared.
-¿Es por Angela?- le pasé la mano por el hombro.
-No.- agachó la cabeza.
-Vamos, eres mi mejor amigo. Cuéntamelo.
-Sólo es que me alegro de que este bien.
-Y...
-Y nada más.
-Y...- insistí.
-¿Qué más quieres?, sigo sin aprobar lo que hiciste.
-¿En serio?, ¿preferirías que (______) estuviera en la cárcel?, o que lo estuviera Angela.- él tensó la mandíbula.- pues eso. No seas así de orgulloso y entra a esa maldita habitación que ya me encargaré yo.

-(_______).- la llamé desde la puerta cuando había pasado casi una hora.-Vamos, que te invito a un café. Tranqui, Louis se queda con ella.- dije guiñándole un ojo a Louis.
-¿Prometes llamar si despierta?- dijo ella mirando a Lou.
-Eh, sí, claro.- miró hacia otro lado. Me fui con (_____) no sin antes darle un golpecito en la espalda a Louis.


(NARRADOR EXTERNO)

Louis entra en la habitación y se lleva la mano a la boca al ver a la chica que no ha dejado de pasar por su cabeza esos dos últimos meses con ese fatídico aspecto. Lleva una venda cubriéndole la cabeza, una escayola en el brazo y algún rasguño por el cuerpo. Se pasa las manos por el pelo y se vuelve a colocar bien después el gorro gris que lleva. 

-Angela.- la llama sabiendo que no tendrá efecto alguno en ella.

En esa maquinita se oyen los latidos del corazón de Angela, Louis la vuelve a llamar una segunda vez probando suerte pero no hay cambios. Se sienta en un sillón, no sin antes acercarlo lo más posible a la cama, y se queda mirándola.

(Narra Harry)

-¿Por qué salimos del hospital?, no me quiero alejar de ella, Harry.
-Tranquila, no lo harás. Vamos a ir a la comisaria.
-¿Qué?- dijo ella frotando sus brazos a causa del frío. Me quité la chaqueta que había traído que aunque no abrigaba demasiado al menos de algo serviría.
-Mira (______), tu hermana ahora mismo está hospitalizada por ese cabrón. ¿No crees que es hora de denunciarles?
-No puedo.
-Claro que puedes.
-No de verdad que no puedo.- dijo tirando de mi mano para que no siguiera andando.
-No seas tonta.
-Harry, en serio.- nos paré.- nos separarían, lo sé, ella es mayor de edad pero yo aún no tengo 18. Y ahora mismo no es un buen momento para que ella pueda ponerse a arreglar papeles. Entiéndelo.
-¿Es eso?
-¿Te parece poco?
-Me parece absurdo. Déjame todo esto a mí.

Ella intentó volver a replicar pero no la dejé. Cogimos un taxi y llegamos a la comisaría. Cuando fue nuestro turno dejé que (______) lo contara todo. Tuvo que contar también que las obligaban a hacer lo que hacían. Dio el nombre de sus padres y la dirección de su casa tras poner la denuncia y la orden de alejamiento y también contó que su hermana estaba en el hospital y que en esos momento no se podría ocupar de nada.

-Aún así usted es menor de edad, cómo tal debe de quedarse hasta la mayoría de edad en un programa de protección de menores. Sólo los últimos 7 meses después ya tendrá la libertad de elegir.

Ella empezó a llorar y se levantó de la silla para marcharse. Salí corriendo tras ella y logré pararla casi al llegar a la puerta.

-(______), para.
-No, no. Te lo dije, te dije que eso pasaría. Ahora ya no puedo cambiar nada.
-Pero si no ha ocurrido nada malo.
-¿No te parece suficiente lo que van a hacer conmigo?, yo no quiero ir a ningún sitio sin Angela.
-Pero es que a ti te pueden acoger, igual que lo hicieron esos capullos.
-Y ya has visto como he acabado por ellos, yo ya no quiero que lo haga nadie más.
-¿Ni si quiera yo?

Me miró con los ojos enrojecidos.


(NARRADOR EXTERNO)

Ha pasado una hora más y ella sigue igual. En la cama, inmóvil. Louis procura no dormirse y además ya es el segundo café que ha ido a sacar a la máquina. Se lo toma en dos o tres sorbos y se vuelve a sentar junto a ella.

-Eres muy dormilona eh.- dice él, esperanzado.- Vamos, despiértate ya. Me tienes aquí como un tonto y tu hermana está preocupada, ¿sabés?

Silencio.

La maquina pita un pelin más fuerte y Louis se queda parado sin saber que hacer. En ese momento la mano de Angela se mueve y la chica empieza a toser. Louis se queda observándola hasta que para y abre los ojos.

-¿Louis?- dice confusa- ¿qué haces aquí?
-Tu hermana se fue con Harry a por un café hace bastante raro y bueno, no quería dejarte sola.
-Oh. ¿Qué ha ocurrido?
-¿No recuerdas nada?
-Ahora mismo estoy un poco en blanco. Pero bueno no te veo con muchas ganas de estar aquí y lo entiendo. ¿Qué tal si la llamas a ella?, al menos no me ha pasado nada.

¿Cómo puede decir eso?, si lleva dos meses sin dejar de pensar en ella y no la ha dejado sola en todo ese rato. ¿Muchas ganas?, más aun.

Louis se sienta en la cama y le agarra con cuidado la cara. Se humedece los labios y en menos de dos segundos los hace chocar contra los de Angela, no la deja escapar en un rato. Le acaricia con cuidado las mejillas y ella se deja hacer.

-Te odio, te odio muchisimo. No me vuelvas a dar un susto así, nunca, jamás en tu vida. ¿Me has entendido?- la acurruca entre sus brazos.

La chica se calla sin saber que decir y se queda abrazada a él, se quedaría así todo el tiempo del mundo.

-Voy a llamar a tu hermana- dice sin separarse a penas de ella.
-¿Por qué has hecho eso?- pregunta ella bajo su cabeza.
-¿El qué?
-Esto- lo besa levemente en los labios acariciando su pelo por la parte más baja del gorrito de lana.
-Por es tremendo susto que me llevé cuando (______) dijo que estabas aquí.
-Entonces tendré que venir aquí todos los días.
-No lo creo eh- la besa de nuevo y otra vez más.








(Narra _________)

-¿Ni si quiera yo?- dijo cortándome el aire.
-¿Qué?- me tembló la voz.
-Pues eso.
-Eso es demasiado.
-¿Y te crees que me importa?, no voy a dejar que nadie más te haga daño.
-Pero...
-Pero nada- me agarró de la mano sin dejarme hablar- ahora mismo voy a arreglarlo todo.

Pero no le dejé seguir andando hasta pasados un par de minutos en los que me quedé abrazándole por la espalda terminando de creerme todo lo que ese chico, que casi había matado hace dos meses, estaba haciendo por mí.

(Narra Harry)

Encontré a la misma mujer que le había explicado a (_____) lo que tenía que suceder. Mientras (_____) se quedó hablando con Louis por el móvil yo pedí lo que necesitaba. Me pusieron las pegas que les dio la gana hasta que les convencí, mintiendo, que aquella persona era como una hermana para mi compañero de piso y para mí, que las conocía a ambas desde hace mucho tiempo y que estaba seguro de que su hermana cuando saliera del hospital no iba a tener problemas con lo que había decidido. Les costó, pero cedieron. En una semana un policía nos acompañaría a por sus cosas ya que se pondrían a investigar sobre el caso de sus padres, lógicamente lo se iban a librar fácilmente de tratar con armas y drogas.

-Harry.- dijo cuando llegué a la puerta para salir mientras ojeaba unos papeles.
-¿Se ha despertado?- pregunté levantando la mirada.
-Sí.- contestó con una enorme sonrisa.

- - -

DOS DÍAS DESPUÉS.

Por la tarde le dieron el alta a Angela, no le habíamos contado aún lo que habíamos hecho, lo de mi “adopción” a (_______) porque ella aún estaba ingresada, tampoco sabíamos como reaccionaría aunque esperábamos que se lo tomara bien.

Estábamos en nuestra casa y nos sentamos en el salón, yo no sabía muy bien aún lo que había hecho Louis pero en todo el rato que estuvimos allí sentados no le quitó el ojo de encima a Angela ni paró de preguntarle si estaba bien o necesita algo. Quizá eso significaba que Louis le había echado narices.

-Bueno, ¿me lo vais a contar?- dijo Angela.
-Sí- dijo al fin (_______)- la cosa es que mientras tu estabas... dormida- sonrió- fuimos a comisaria. Tranquila, les denuncié y ya no volverán a molestarme, pero surgió algo... como yo aún soy menor de edad dijeron que tendría que ir al programa de protección de menores.
-¿Eso significa que te separan de mí?, ¿por qué?, yo puedo pedir que te dejen conmigo- dijo Angela muy acelerada y nerviosa.
-No Angela- contesté- me ocupé de eso y... digamos que como tu no podías, hasta su mayoría de edad la custodia de tu hermana la tengo... yo.- daba igual como lo dijera, sonaba raro en cualquier caso.
-¿En serio?- dijo Angela abriendo la boca.
-Sí.- sonrió (______) tímidamente.
-¿Has oído eso Louis?- él estaba tan descolocado como ella. Angela se tiró a sus brazos y se lanzó a besarle. Esta vez los que no entendíamos nada fuimos nosotros.- ¿no nos volverán a molestar?- preguntó con lágrimas en los ojos soltando a Louis y simplemente agarró su mano. Ambos negamos con la cabeza.- ¿y a ti te ha dado igual firmar ese papel?
-No lo abría hecho si tu hermana no me importara- tuve que apartar la mirada. Vi a Louis riéndose y me levanté para escabullirme de allí.

(Narra ________)

-¿Cuánto tiempo más vas a esperar para ir a por él?- Louis me sacó del trance.
-Eh.
-Harry- dijo él.

Me levanté y dejándolos a solas fui a buscarle. Lo encontré en el jardín sentado en el césped.

-¿Por qué te has marchado?
-Sólo quería tomar el aire.
-Oye Harry.- le di unos toquecitos en el hombro.
-¿Si?
-¿De verdad yo te importo?
-¿Conseguiré en algún momento que te olvides de lo que ocurrió?, ¿de lo que casi pasa pero no pasó?, ¿conseguiré que dejes de sentirte culpable?
-No lo sé.
-No, no creo que lo consiga.- dijo molesto.
-¿Porqué te empeñas en que lo olvide?
-Por que se que es lo único que te separa de estar conmigo.

Aquello me dejó sin palabras.

-Ya no se que más hacer para mostrarte que me da igual. Desde el primer momento en el que obligué a Louis a mentir a la poli me dio igual, cuando tu te ofreciste a ayudarme de alguna manera te dije que sí porque quería pasar tiempo contigo y si la única manera de conseguirlo era haciéndote crees que tu sólo me “compensabas” por algo que no hiciste pues te dejé creerlo, cuando me llamaste dic...- pero no le dejé seguir hablar.

Tome aire y me pegué a él agarrando sus mejillas que cada vez ardían más bajo las palmas de mis manos, supongo que no tanto como las mías. Primero enfrenté su nariz a la mía, pidiéndole permiso, el cual me concedió enseguida. Poco a poco pegué mi boca a la suya, le di un primer beso muy corto y cuando me separé me encontré con un hoyuelo precioso en su sonrisa. No pude más y volví a por sus labios.