miércoles, 29 de febrero de 2012

ONE SHOT. LIAM PAYNE Y TU. PARTE 4


 3 MESES DESPUÉS.

-Olvídame.
-(_____), por favor.
-No, ni por favor ni nada, ¿cómo has podido ser tan mentiroso?.- dije desolada.
-Pero déjame explicártelo, sólo era por ayudar a Zayn, te lo juro.- dijo él.
-No inventes escusas Liam, ¡no inventes!. ¿Sabes qué?, hace tres meses y medio yo me tenía que a ver quedado en casa cuando Elisabeth quedó contigo por mí. No tenía que haber ido a esa estúpida cita, ¡nunca!.- Liam cogió mi mano.
-¡Escúchame joder!.- me solté.- no es como crees (_____). Te repito que sólo fue por un colega, ¿de verdad piensas que soy capaz de engañarte?
-No, no lo pensaba. ¡Es lo que más me duele, Liam!. Que confié en ti y mira lo que me has hecho. ¡Vete!, ¡lárgate!, es que no quiero volver a verte en mi vida.
-¡No me voy a ir!, ¡no hasta que me creas!
-¡No me grites!, ¡no tienes derecho a gritarme!.
-¡Sí, sí grito!.- esta vez me cogió de las dos manos para que me estuviera quieta.- ¿¡recuerdas lo que te dije aquel día!?. ¡Que sería capaz de gritar más que tu si nos peleábamos!.
-No me importa lo que dijeras aquel día, ya no me importa absolutamente nada de ti.- dije llorando.

Me soltó lentamente mirándome a los ojos y salió de mi cuarto cogiendo sus cosas.

Volví a mirar la revista, la foto de Liam besando a Rebeca Ferguson me quemaba en las manos, pero era la realidad, unos fotógrafos los habían pillado y Liam ahora había intentado negarme lo evidente. ¿Cómo he podido ser tan tonta?, 3 meses y medio enamorándome de un tio que al final ha acabado jugando conmigo.

No hay ya rastro de alegría en mí, Liam ha conseguido dejarme sin ganas de nada.  

3 o 4 días después.

-¿______?.- preguntó Zayn al otro lado del teléfono.
-Dime Zayn.- contesté.
-Verás, Liam nos lo ha contado todo, llevaba 3 días sin salir de su cuarto.
-Bueno, ¿y qué?
-¿Cómo que, y que?, no esta bien (_____).
-¿Y yo sí, Zayn?, sólo importa él, ¿no importa que me engañara con otra?
-(_____), él no te mintió, te dijo lo que de verdad ocurrió. Veras… yo salí con Rebeca en factor X. Cuando me di cuenta de que todavía me gustaba y de que necesitaba saber si ella aún sentía algo por mí le pedí ayuda a Liam. Y todo salió bien, logré contactar de nuevo con ella e incluso quedamos un par de veces pero para que los medios no sospecharan Liam salió con ella algunas veces e incluso Harry en una ocasión. Nadie viene a incomodarnos ya que no tienen claro con quien está.
-Eso no explica que ella y Liam se estuvieran besando, no tenía porqué haberle besado si sólo salían juntos para engañar a los medios.
-La foto del beso es en la puerta del piso de Rebeca y lo del beso fue idea mía. Perdóname, fui algo egoísta creyendo que era mejor que los medios creyeran que Liam te hubiera engañado a que volvieran ha atosigarnos a Rebeca y a mí.
-¡Zayn!.- grité.- ¿eso es cierto?
-Sí, no sé cómo pedirte perdón, de verdad (____). Lo siento mucho. Sólo es que ya perdí a Rebeca una vez por la presión de las cámaras, no quería que volviera a suceder. Entiendo que no me quieras volver a hablar.
-¿Dónde está Liam?
-(______) yo…
-Que sí Zayn, has sido un poco capullo, pero te perdono. Ahora mismo no me importa lo que tu me has hecho si no lo que yo le he hecho a Liam, dije cosas que nunca tendría que haber dicho.
-Pues.- suspiró.- Liam esta en su cuarto ahora mismo. ¿Vas a venir?
-Claro, voy a cambiarme.- me quité dos lágrimas que caían por mis mejillas.
-Me dejas más tranquilo.- se rio.- nos iremos los chicos y yo para dejaron hablas aquí en casa. ¿Vale?
-Está bien, gracias Zayn.- colgué.

Cogí el metro y cuando bajé salí corriendo hasta la casa de los chicos. Toqué al timbre repetidas ocasiones y el tiempo que tardó en abrirse la puerta se me hizo eterno. La puerta se abrió pero nadie me recibió así que entré.

Debería de haber unas 10 decenas de rosas por todo el salón esparcidas. De varios tamaños distintos, pues algunas estaban cortadas y otras tan sólo eran la flor sin el tallo puesto encima de algún cojín.

-También te dije ese día que negociaría con el dependiente.- dijo su voz a mis espaldas. Me giré y me encontré con unos ojos llorosos. Estaba apoyado en la puerta con una rosa más, pero esta era blanca.

Dejé el bolso y la chaqueta en el suelo con lentitud sin poder dejar de mirarle a los ojos. Empecé a andar hasta él “y un grupo de lágrimas bajaban por mi cara”.

-Has llenado tu salón de rosas.- dije por fin.
-Sí, en la floristería dije que era la única manera de que mi chica favorita supiera que estoy enamorado de ella.
-Te quiero.- susurré.
-Te quiero.- repitió.- déjanos tener el resto de nuestra vida para demostrarlo. 



ONE SHOT. LIAM PAYNE Y TU. PARTE 3


Los días se me habían hecho eternos hasta que por fin llegó mi tan deseado sábado. Eran las 6 y cuarto de la tarde y yo estaba completamente helada en el sitio donde había quedado con él. Pero esperé.

6 y media.

7.

7 y 10.

-Lo siento.- unas manos taparon mis ojos.- te lo pienso compensar.- cuando quitó las manos de mis ojos una rosa roja estaba frente a mí.
-Este… eh… tu has…- Hola, tierra llamando a (_____). ¡Respóndele, boba!
-¿Vas a terminar alguna de esas frases?.- preguntó sentándose a mi lado y tendiéndome su chaqueta, le negué con la cabeza dándole a entender que se la volviera a poner y cuando lo hizo me rodeó con el brazo.
-Esta vez te has retrasado más de una hora.- dije oliendo la rosa.- pero hubiera esperado 6 horas más si eso hubiera conllevado regalarme la floristería entera.
-Hmm.- murmuró.- negociaré con el dependiente. ¿Tienes alguna flor favorita?
-¿Esta la has cogido por ir sobre seguro Liam?.- dije volviendo a olerla.
-Me has pillado.- dijo frotándose el cuello.
-Pues has acertado.- me sinceré.- aunque sigues siendo un tardón.
-En…
-Lo sé, ensayos. Tranquilo.
-(______).
-¿Qué?.- pregunté.

Noté sus labios sobre los míos y mis manos se perdieron recorriendo un poco su abdomen por fuera de la chaqueta.

-Eso.- dijo incorporándonos.
-Sigues siendo raro.- me reí.
-Me conformo con que me hayas perdonado por llegar tarde.
-Perdonado si me vuelves a besar.- dije acercándome a él. Me beso.- me debes un gorro.
-Cierto.- lo sacó del bolsillo de la chaqueta.- aunque no te lo daré si eso significa que ya no te gusta el rarito.
-¿Qué?.- no pude evitar echarme a reír, demasiado fuerte.
-¿Quieres salir conmigo?.
-Yo… ¿por qué yo?
-Por que fuiste la única en el centro comercial que me vio y no gritó como una loca.- me acarició la mejilla.
-¿Tu quieres salir conmigo?... soy muy olvidadiza la mayoría de veces, y despistada, y desordenada y gritona cuando me cabrean y no se defenderme bien y…- me calló con un siguiente beso. Me dejé llevar por sus labios.
-Te haré recordar, no me importarán tus despistes, yo tampoco soy perfecto con el orden y chillaré más que tu si nos cabreamos.- se acercó a mi odio.- Y yo te protegeré.
-Liam.- pronuncié. Pero antes de volver a pensármelo me tiré a sus brazos.
-¿Es un sí?
-Es un, MIL VECES SÍ.

A las dos semanas la gira de la que me había hablado comenzó, y gracias a él conseguí entradas para verles, Elisabeth no se lo creía aún, y entre otras cosas estaba demasiado obsesionada con el ricitos de ojos verdes.

Esa noche logramos estar en primera fila, y aunque los demás cantantes no me interesaron demasiado aguanté para verles a ellos, para verle a él.

Liam estaba radiante sobre el escenario, y yo ya estaba convencida de que era completamente perfecto. Tenía que ser eso.

El concierto terminó y nos encontramos en la puerta de atrás, al lado de los camerinos.

-Hola cielo.- dije mientras me perdía en su abrazo.- has estado increíble.
-Eso es que no me has notado los nervios.- dijo él y me las apañé para robarle un beso.
-Para nada.- sonreí.
-Liam puedes soltarla un ratito, ¿no?, nos gustaría ser simpáticos y presentarnos.- dijo uno de sus 4 amigos. Un chico rubio y muy mono. Miré a Elisabeth a mi lado, se había petrificado en cuando salió el chic de rizos detrás de Niall.
-Puedo pensármelo.- dijo Liam.- bueno sí, supongo que sí.- me soltó y saludé a los chicos.
-Hola, soy…
-(____), lo sabemos, ¿qué creías?, Liam no sabe callarse ni una.
-¡Zayn!.- le recriminó Liam al morenazo de ojos marrones. No se me iba a olvidar demasiado ninguno de los 4 desde que los vi en la firma.
-No muerdas.- dijo él.- soy Zayn.- me tendió la mano.
-Encantada Zayn.
-Niall por aquí.- dijo Louis, al que le grité en la firma, señalando al rubito.- y yo soy Louis.
-Creo que estás un poco pirado.- dije y se rieron.- pero aun así me caes genial.
-Pero que mona.- dijo él y acto seguido me abrazó.
-Dices que lo mejor se queda para el final.- dijo un voz.- me llamo Harry.- me guiñó un ojo.- Harry Styles.
-Vaya.- abrí mucho los ojos.- tu no tienes abuela, ¿no?.
-No, es que es demasiado creído a veces.- dijo Louis.- pero te quiero igual cariño.- cogió a Harry de los mofletes.
-¿Son pareja?.- le pregunté a Liam al oído. Él se limitó a reírse de mí y a decirme después que no, pero que era una relación un tanto especial, que ellos habían conectado muy bien.
-¿Y tu tienes nombre preciosidad?.- dijo Harry plantándose frente a Elisabeth.
-Tiene, pero eres su favorito, me parece que le has dejado en shock.- solté.
-Eli…sa…be..beth.- tartamudeó ella. Me rei pero decidía ayudarla.
-¿Qué tal si nos vamos a tomar algo?—sugerí.
-Lo mejor que he oído en toda la noche.- dijo Niall.
-Pero porque tienes hambre duende.- dijo Zayn.
-Ais.- hizo como si llorara.- a veces me emociona que me conozcas tan bien.






ONE SHOT. LIAM PAYNE Y TU. PARTE 2


Pasaron varios días y mi tentación había podido conmigo. Así que me metí en internet para ver si había videos. No tenían ningún videoclip ni nada por el estilo. Tan sólo unos videos cantando en un programa de la tele.

-¿Pero estás tonta?, por dios, me da a mi su número el mismísimo Liam Payne y estoy que me lo pienso. Lo llamo al instante.- gritó Elisabeth.
-¿Tu crees que un famoso iba a ir soltando su número por ahí?
-Puede que no.- recapacitó.- Pero tu no sabías que era famoso. ¿Y si te lo dio por eso?
-Que no.- suspiré.- no voy a llamar.
-Pues le llamo yo.
-Todo tuyo.- le tendí el papel con el número de teléfono de Liam y tan pronto como el papel llegó a sus manos se puso a escribir un mensaje. Unos cuantos.
-Listo.- dijo orgullosa.
-¿Te ha pedido una cita?
-Se la has pedido tu a él.
-¿QUÉ?
-Sí. Básicamente le he dicho que tu móvil está estropeado. ¿Sabés donde esta Milksake City?, y yo de ti me daba prisa. Habéis quedado a las 8 y son… las 7 y cuarto.
-¡Te mato!, no voy a ir.
-Vas a ir.
-No.
-¡(____)!
-Uf.- me rendí y me puse a buscar en mi armario.- cuando me haga quedar como una gilipollas voy a venir a arrancarte los pelos uno a uno.
-Aquí te espero.- se tiró en mi cama.

Llegué al sitio ese a las 8 y 5, me senté en una mesa y esperé como una idiota. ¿Cómo he podido ser tan tonta?. De verdad, (_____), ¿un chico tan mono queriendo salir contigo?. Baja de la nube bonita.

-Hoy no estás en los baños.- dijo una voz a mi espalda.
-Ni tu haciendo gritar a mil chicas.- reí.- llegas tarde.- miré mi reloj. Las 8 y media.
-Sonará a escusa pero me ha surgido un contratiempo.
-Con que pagues tu el café y me lo cuentes me vale.- sonreímos al mismo tiempo.

Liam llegó con dos capuchinos con chocolate caliente y se sentó frente a mí.

-¿Y bien?.- le apremié.
-Asuntos de trabajo.- me bajé de la silla.- vale, vale.- sonrió.- eres más tozuda que en los baños del centro comercial.
-Eso parece.- me reí.
-Los chicos y yo haremos una gira con los participantes de factor X. Me he retrasado por ensayar, tampoco está tan mal, sólo media hora.- no, nada mal.
-Vale, por esta vez te lo paso.- nos reímos.- aunque casi no vengo.
-Anda.
-Es que creí que me dejarías plantada.
-¿Y eso por qué?.
-No sé, no todos los días me da su móvil un chico famoso.
-Jo, que soy humano. ¿No puedo darle mi número a una chica que se hasta se cuela en los baños para verme?.- dijo con gestos. Me hizo reírme más.
-Sí, claro, no sé. Sólo que pensé que pasarías de mí. ¡Au!.- chillé cuando noté un pellizco en mi brazo.
-No paso de ti.
-¡Liam!, eso duele.

Creí que todo iba a salir mal y resulta que es un chico encantador con el que llevo más de 3 horas hablando de mi vida sentada en un parque.

-Así que me presente de nuevo, dos años después y aquí estoy.
-Woah.- dije sorprendida.- todo un ejemplo a seguir Payne.
-No es para tanto.
-Sí, creo que sí. Tu historia es… un claro ejemplo de superación. No sé. Yo no tendría narices de volver a ponerme frente a ese jurado y tu, aunque pareces tímido, en pocas palabras, le echaste huevos.- le hice reír.- es cierto, no te rías.
-Me rio porque me has caído demasiado bien.- me revolvió el pelo y me quitó el gorro negro.
-¡Eh!, mi gorro.- me quejé y él empezó a correr.- ¡vuelve aquí!.- salí escopetada tras él.
-No, no hasta que me devuelvas el dinero de esos cafés.- dijo escondiéndose tras un árbol.
-¿Me estás pidiendo una segunda cita Liam?.- pregunte riéndome pero intentando no ponerme roja.
-Tómalo como un ajuste de cuentas si quieres.- se rio de mí.- pero no volverás a ver tu gorro hasta que no vuelvas a quedar conmigo.
-Pues ya no quiero el gorro.- dije cruzándome de brazos y haciéndome la enfadada. Más bien quería que viniera tras de mí.
-Eh, eh, eh.- dijo.- lo siento por molestarte.- se acercó a mí.
-¡VENGANZA!.- chillé tirándome sobre él y arrebatándole el gorro de las manos.
-Eso no vale.- dijo debajo de mí.
-Sí, sí vale. Pero si tu me has hecho lo mismo.
-No estaba preparado.
-¿Me vas a dar mi gorro?.- dije cuando me lo volvió a quitar.
-¿Volverás a salir conmigo?.- se adaptó sobre sus hombros y la sangre subió a mis mejillas cuando él acercó su cara a mí.
-Depende.- dije casi suspirando.
-¿De qué?
-De esto.

No me conocía a mi misma. No sabía como había sido capaz pero mi cuerpo acaba de encajar perfectamente con el suyo y yo había empezado un beso con bastante timidez. No duró demasiado, pero si lo suficiente como para dejarme con ganas de más.

-¿Era eso?.- preguntó y asentí.
-¿Cuándo dices que podrás devolverme mi gorro?, y tranquilo, me dará igual que el trabajo te retrase.
-¿Le apetece en este mismo sitio el próximo sábado señorita?.- preguntó cogiendo mi mano y haciendo una especie de “reverencia”.
-Eres raro.- me reí.- pero claro que sí. Podré a las 6.- le di un abrazo.- hasta el sábado príncipe azul.- dije en su oído deshaciéndome bajo sus brazos. 



ONE SHOT. LIAM PAYNE Y TU. PARTE 1


Voy por el centro de Londres con mi iPod a toda pastilla, como siempre, perdida en uno de mis libros, esta vez, química perfecta, releía uno de mis capítulos preferidos. Las calles estás ha rebosar, gente por todos lados haciendo las últimas compras de navidad.

Mi móvil suena y paro la música del iPod, veo la pantalla, Elisabeth me está llamando.

-Dime.- contesté.- espero que sea importante, me has cortado a 30 seconds to mars.
-¡Es importante!.- dijo ilusionada.
Dispara.- dije suspirando.
-¿Estás cerca del centro comercial?
-¿De cual, mujer?.- pregunté entrado a Starbucks.
-El que hay al lado de casa de tu abuela, dime que estás cerca.- suplicó.
-A 3 o 4 paradas de metro.
-Por favor, por favor, vente conmigo.- volvió a suplicar.
-¿Pero estás allí?.- me quité el móvil.- un capuchino con chocolate, grande.- pedí.
-Claro, estoy en la cola.
-¿Cola?.- dije pagando.
-Sí, es un grupo de música, vente conmigo. Estoy en la cola que hay en la sección de CDs, no tardes.
¿Pero que grupo?.- dije y agarré mi café.
-Joder, One..- se cortó.
-¿One qué?.- pregunté perdida.

Yupi. Mi móvil había muerto. Pues nada. Lo guardé en el bolsillo y me volví a poner los cascos. Guardé mi libro en mi bolso y me fui al metro con mi café. Dios, que rico que estaba.

Cuando llegué al centro comercial quise matar a Elisabeth, la cola era enorme. Sólo había chicas y cada una gritaba más que la anterior. Busqué a Elisabeth con la mirada pero es que era imposible. Mierda y mi móvil seguía apagado.

Me fui a los baños, tiré el café ya terminado en la papeleta y me lavé las manos. No quedaba papel para secarme en el baño de chicas. Me asomé al de los chicos, no había nadie. Pues adentro.

Estaba cogiendo el papel y escuché una puerta abrirse. Mierda, se suponía que estaba vacía. Salió un chico. Esperé a que se diera la vuelta e intente no ponerme muy roja, seguía en el baño de chicos.

-Creo que te has equivocado.- dijo al girarse y mirarme extrañado. Tuve que tragar saliva, era muy guapo y la sonrisa terminó poniéndome más roja.
-No había en mi baño.- dije y le mostré el papel.
-Vaya, ¿y por eso te cuelas en el baño de los chicos?.- preguntó pasando por mi lado para lavarse las manos.
-Sí.- asentí.- un placer colarme en tu baño.- ¿qué?, ¿pero es que estás tonta?
-¿Qué?.- dijo sonriéndome. No hagas eso.
-Nada.- me giré.
-¿Tampoco tienes nombre?.- volví a tragar saliva, sonreí y me giré.
-Sí, eso sí.- me acerqué.- me llamo (____).- le tendí la mano.
-Pues encantado (____). Me llamo Liam.- Liam.- ¿has venido a la firma?.- preguntó extrañado.
-¿Eh?. ¿yo?, no, que va, mi amiga me ha dicho que venía no se qué grupo y me toca hacer la cola con ella.
-Venga, pues suerte.- volvió a sonreir.
-Más bien desesperación, no se quienes son.

Él volvió a sonreír y yo me volví a poner roja. Pasó por mi lado y se fue con sus amigos, le estaban esperando cerca de los ascensores. Volví a la cola y seguí buscando.

-¡(___________)!.- escuché un grito y me giré. Elisabeth estaba de las primeras.
-Te voy a matar.- dije pasando bajo la barra de seguridad. Todas las chicas detrás de Elisabeth me miraron mal.
-¡Has venido!.- chilló en mi odio.
-No, soy un espectro.- ironicé.
-Tonta.- me soltó.- toma.- me tendió una libreta pequeña.
-¿Para que es esto?.- pregunté.
-Porque quiero que me la firmen y yo llevo una foto.

La cola comenzó a avanzar y empezaron a empujarnos. Ya estaba desesperada y odiaba a quienes quisiera que fuéramos a ver y a Elisabeth por haberme echo ir.

-¡Parad de empujar, hostia!.- grité girándome.
-Pues avanza idiota.- me gritó un chica rubia detrás de mí. Miré al frente, efectivamente tenía que avanzar, Elisabeth me miraba acercándose a la mesa.

Llegué a la mesa con torpeza sorteando los cables de los altavoces que había en el suelo. Elisabeth estaba con el segundo chico, sonriendo como una tonta y comiéndoselos con la mirada. Sólo me fijé en el primero. Le tendí la libreta y me miró, parecía simpático.

-¿Cómo te llamas?.- preguntó el rubito. Seguía en el primer puesto.
-(____).- sonreí, joder, que ojos más… azules.
-Toma.- dijo después de firmar.
-Mejor pasala.- contesté y el chico se la dio al segundo.

Esta vez tenía frente a mí a un morenazo de ojos marrones. Me puso una sonrisa torcida que hizo que se me olvidara la hora. ¿Porqué Elisabeth no me habló de ellos antes?

Le pasó la libeta al siguiente chico. Esta vez la mirada era verde.

-Hola preciosa.- me saludó.
-Hola.- contesté cortada.

La libreta volvió a rular a la derecha y esta vez un chaval con tirantes y ojitos azul grisáceo me miraba divertido. Elisabeth estaba con el otro a mi lado pero no pude verle la cara.

-¡Hola!.- chilló el de tirantes, me asustó un poco.
-¡Hola!:- soné como él, si no peor. Se levantó y me dio un abrazo. Elisabeth me articuló un nombre con la boca.
-¡Louis!.- grité.- yo soy (_____).- volvimos a sonreír y le dio la libreta al último chico.

Al acercarme le miré un poca extrañada. Elevo la cabeza y me marcó una sonrisa aún más bonita que la que ya había visto.

-Eres tu.- dije entre dientes.
-Hola, cuanto tiempo, ¿no?
-No sabía que…
-Me he dado cuenta.- rio y firmó la libreta. Vi como rompía una de las hojas del final y antes de que la chica de mi lado avanzara escribió algo y me lo tendió.

Me fui de allí colorada y escuché un, adiós (____).

Cuando llegué a casa me tumbé en la cama y saqué el papel del bolsillo. Ponía su nombre y debajo había un número de teléfono. Bah, tenía que ser una coña, un famoso no da su número así como así.



lunes, 27 de febrero de 2012

ONE SHOT. I´M YOURS. (NIALL HORAN Y TU) 4

PARTE 4



-¿Y si te quedas a dormir?

Llevamos todo el dia juntos y se podría decir que es uno de los mejores días de mi vida, no sé como no he podido hacerle caso antes, prestarle atención. Su padre no ha vuelto desde que se fue y por la tarde Niall me había presentado a su madre, y creo que de momento era la primera y única que sabía lo nuestro.

-¿Y si vuelve tu padre?
-Si puedo proteger a mi madre, a ti no te va a tocar.- dice serio.
-Pero yo no quiero que te haga nada, te lo he dicho antes, ¿por qué no avisas a la policía?

Le oigo murmurar.

-Ya. Te da miedo.
-Sí.- escupe con asco.
-No tengas miedo.- agarro su mano.- me quedaré contigo esta noche. Pero prométeme algo.
-¿Qué?
-Que pararás esta situación, que todo va a estar bien.
-¿Cómo?
-No dejes que te vuelva tocar, hazme caso, arreglaras todo esto si pides ayuda.
-Y si…- empieza a suponer.
-Y si, nada. Nada ira a peor y eso te lo prometo yo Nialler. No tienes porqué volver a pasarlo mal. ¿Lo vas a hacer?
-Sí.

Me tranquiliza oír eso.

Tras una mentira piadosa a mi madre diciéndole que me quedaba en casa de mi mejor amiga acepta a darme permiso, odio mentirle pero no le dejaría sólo.

Me pone bastante nerviosa la situación y ahora mismo estoy con mi camiseta y uno de sus pantalones metida en la cama con él. Son las 1 de la madrugada y se acaba de quedar dormido mientras seguíamos hablando. Él me había abierto su corazón, había llegado a contarme cosas que nunca creo que haya contado a nadie y me había escuchado con tranquilidad mientras le contaba yo alguno de mis secretos.

Su respiración es leve y tranquila y se remueve de vez en cuando sobre mi tripa. Es precioso. Y no, no me acabo de dar cuenta, creo que ya me di cuenta el primer día que empezamos este aburrido trabajo, y a pesar de ser estúpido es lo único que ha conseguido unirnos.

A las 3 de la madrugada escucho unos ruidos provenientes del piso de abajo y el grito de una mujer.

-¡Niall, Niall!.- le zarandeo atemorizada.


Narra Niall

Tengo que estar soñando, tiene que ser eso. ¿Cómo si no iba a estar ella acogiéndome bajo sus brazos?. No puede ser más preciosa, creo que no se ha dado cuenta de lo preciosa que es. Noto como me empieza a mecer un poco, lo noto en sueños. Pero un grito me saca de los sueños y me devuelve al mundo de las pesadillas. (____), me esta zarandeando para que despierte.

-¡Niall, Niall!.- grita.

Está aquí, y vuelve esta puta rutina. Le pido a ella que no se mueva, que no se asuste, que no baje aunque me oiga gritar o pedirle que venga. Mis labios encuentran los suyos y recoge sus piernas con los brazos atemorizada todavía.

Cuando llego al salón mamá esta tirada en el sofá y el olor a alcohol se nota desde cualquier parte.

-¡Mamá!.- digo a su lado. Está consciente y muy asustada. No le veo a él por ninguna parte hasta que noto una patada en el costado y no puedo evitar chillar.


…quiero que vuelvas… aunque sea para volver a discutir conmigo…

No sé que ha pasado, no sé donde estoy. Tan sólo veo una lucecita blanca sobre mi cabeza, tengo que entrecerrar los ojos. Es ya imposible mantenerlo abiertos.

Narra (_____)

Escucho un primer grito desgarrador. Busco desesperada por el bolso y marco el número de la policía. Después de dar la dirección de Niall bajo con rapidez pero sin hacer ruido y le encuentro en el suelo a él y a su madre temblando en el sofá. Parece que le hayan propinado una patada y esta vez repite el movimiento varias veces contra su tripa. Niall está llorando en el suelo y no me ve.

-¡Para!, ¡basta!, ¡NO LE HAGA DAÑO!

Pero antes de llegar a su lado rompe algo contra la cabeza de Niall, le deja inconsciente, o muerto, pero mi mente y mi corazón procurar pensar que es lo primero.

Agarro al cerdo de ese hombro por la espalda y gracias a que va tan completamente borracho se tambalea y cae al suelo golpeándose con algo.

-¡Niall, cielo, vamos despierta!.- su madre ha logrado reaccionar y ha recogido a Niall entre sus brazos.
-Niall.- me pongo frente a él para darle unas palmaditas en la cara. Necesito que reaccione, que despierte.- ¡Nialler, por favor!. Me has prometido que todo iba a estar bien.- digo ya llorando.- me lo has prometido.

Escucho la sirena de la policía.


2 MESES DESPUÉS.

-¿Qué tal va hoy?.- le pregunto a ella entrando en la habitación del hospital.
-Una de las enfermeras esta mañana ha visto movilidad articular. Puede que esta semana haya alguna esperanza (___)
-Ya verá como sí.

Me acerco a la madre de Niall para abrazarle.

Lleva 2 meses en coma, y cada vez que abro la puerta de la habitación del hospital mi alma se cae en pedazos. Pero él esta bien, dentro de lo que cabe. Respira, y su respiración ahora mismo es lo único que me mantiene en pie.

Su madre se marcha para ir a casa a descansar.

-Con que esta mañana te ha dado por mover la mano. Podrías haber esperado a que llegara yo, me habría echo ilusión verlo.- me siento en la cama y retiro un poco el pelo de su frente. Escucho las constantes vitales, va todo muy tranquilo.- Hoy a sido un día demasiado aburrido en la escuela y no te vas a librar, cuando despiertes te vas a tragar todos los trabajos que tengo atrasados por que quieres seguir durmiendo.- parece una tontería, pero los médicos recomendaron eso. Que le habláramos, que oyera nuestras voces.- sí, sí, no pienso tener otro compañero de trabajos. No me vale otro que no seas tu.- me muevo un poco para darle un beso en los labios.- ¿Sabes?, tienes que volver pronto, hasta Alex te echa de menos.- se me escapa una lágrima.- y a tu tinte amarillo.- me rio un poco viendo como el pelo se le ha aclarado un poco estos dos meses.- y eso que sólo te ha visto 2 veces.- oigo la respiración de Niall más profunda.- Me vale con que vuelvas y seamos los de antes, aunque nos llevemos mal. Sí, eso, quiero que vuelvas…- me echo a llorar, no puedo evitar ver cómo no reacciona a nada..-… aunque sea para volver a discutir conmigo.

El aparato que marca los latidos del corazón de Niall acelera, más y más. Su corazón va más rápido, ojala que no sea malo, ojala que sólo haya sentido todas y cada una de mis palabras.

No puedo creer lo que veo, supongo que por culpa de mis lágrimas, que me nublan la visión me cuesta verlo, pero está abriendo los ojos. Los entrecierra un poco a causa de la molesta luz blanca que tenemos sobre nosotros, pero al mismo tiempo aprieta mi mano sobre la suya.
Por fin vuelvo a ver esos ojos azules, por fin vuelven a mi vida. Por fin él será mi vida.



ONE SHOT. I´M YOURS (NIALL HORAN Y TU) 3


PARTE 3


Narra Niall

A las 10 y media de la mañana suena el timbre de casa, me alego de que mi padre esté en su despacho y no salga a echarme la bronca por eso de las visitas, no le gusta que le molesten, que ironía.

-Hola.- dice (_____) en la puerta.
-¿Te ha costado mucho encontrar la casa?
-Que va.- dice dejando su chaqueta en el salón.
-Mmm, bueno, vamos a mi cuarto.- echo un vistazo a l despacho, por si acaso le ha escuchado llegar.- a ver si por fin terminamos esto.
-No sabes las ganas que tengo.- dice y sonríe. Por un momento me quedo pillado mirando la comisura de sus labios. ¿Es que eres tonto Niall?

Al subir a mi cuarto noto como lo inspecciona todo con la mirada.

-No voy a ser borde hoy.- vuelve a sonreír.- me gusta tu cuarto.

-Eso es todo un logro eh.- me rio.- gracias, cuando quieres eres hasta simpática de verdad. Aunque sigas igual de petarda.

Pero en vez de arremeter contra mí, se ríe y me dedica una mirada de, “ya te la devolveré”.

Dos horas después.

-No me creo que esta ya sea la última página, parecía eterno.- dice ella pero un grito la corta.
-¡Niall James Horan!, baja aquí ahora mismo.

Mierda.

Narra (_______)

-No me creo que esta ya sea la última página, parecía eterno.- un chillido me corta la frase.
-¡Niall James Horan!, baja aquí ahora mismo.- grita un hombre.
-Lo siento, vuelvo.- parece que se le corta la voz.- enseguida. ¿Puedes coger tus cosas, (_____)?, por favor.
-Claro que sí.- respondo sin saber que significa su mirada.

Niall lega a los pocos minutos de haberse marchado, después de una conversación a base de gritos y de, “no te dije que….”, por parte de su padre. Cuando abre la puerta yo ya he recogido mis cosas y estoy en su cama sentada, alzo la cabeza y veo su mejilla izquierda totalmente colorada, más de lo que la suele tener, pues este chico de vez en cuando tiene un rubor bastante atractivo en las mejillas, pero este vez no es por eso, esta vez es a causa de un golpe.

-Ya nos veremos el lunes.- dice frotándose el lado dolorido.
-¿Qué te pasa?.- no se porque me intereso por él, sólo sé que se me ha partido el corazón al verle entrar en su cuarto.
-Nada.- vuelve a apartarme la mirada.
-¿Niall?.- digo levantándome y acercándome a su altura.- vale que nos llevemos mal pero… puedes hablar de algo, de lo que… necesites.
-Tranquila.- casi estoy a 2 centímetros de él.- no me pasa nada.- corta ese “nada” sorbiendo.

No sé que me pasa, ni sé si me gusta lo que siento pero mis brazos sienten la necesidad de acogerle, de no dejarle caer, de no soltarle… Así que le abrazo, coloco casi temblando mis brazos sobre sus hombros e intento atraerle a mí con suavidad. Noto su cabeza en mi hombro y sus lágrimas poco a poco lo empapan. Niall Horan, el tio más prepotente del instituto, ¿tiene sentimientos?. Me cuesta creerlo pero es verdad.

Le dejo desahogarse y cuando se remueve un poco le suelto deslizando mis manos por sus brazos, creo que esta vez la afectada soy yo y necesito el tacto de su piel de nuevo. Agarro sus manos con fuerza y vuelvo a mirar su cara.

-¿Por qué lo ha hecho?
-No lo sé.
-¿Por qué te grita?
-Tampoco lo sé.
-Niall, es la, ¿primera vez que te…?
-No.- responde fijando sus ojos en mí.- pero en serio, márchate (_____).
-No quiero.- respondo.
-¿Por qué?
-Quiero quedarme contigo Niall.- respondo. El corazón se me va a salir del pecho en cualquier descuido, lo sé.
-(_____), yo...- empieza.
-Nialler.- me sale sólo, me gusta, es cómo una especie de mote que quiero usar sólo yo. Lo acabo de elegir para él. Al mismo tiempo que lo pronuncio subo la mano hasta su mejilla, la más roja y todavía noto lo húmeda que esta su piel.
-¿Qué?.- casi sonríe, pero se queda en un leve gesto.
-Ahora soy yo la que no lo sabe.- digo mirándole a los ojos. Si es que es cierto, son demasiado azules.- Me gusta así, Nialler.
-Es… es raro.- consigo hacerle reír.
-Si te ríes, me vale.
-Ahora tú eres la rara, se supone que no me puedes ni ver.
-Lo sé.
-Entonces, ¿qué significa esto?.- pregunta y empiezo a odiar la distancia que me separa de su boca.
-¿Qué quieres que signifique?.- consigo decir.- en el instituto seguro que seguirás siendo el mismo, seguro, pero fuera de esos pasillos… de las clases, de todo eso. Fuera de eso, a mi me gustas.- suelto de repente. Ahora si sé que estoy colorada.
-¿Gustarte?.- pregunta empezando a bajar la voz. Mis brazos recogen su cuello y asiento.
-¿Sigue siendo raro?
-No.- sonríe.- esta… bien.
-Esta bien.- y esta vez la que sonríe soy yo y además como una tonta.

Me hace andar de espaldas y consigue llegar a la cama. Se sienta y aunque sus manos están un poco temblorosas me atrae para quedarme cerca de él.

-Te toca sincerarte a ti.- dice con una sonrisa encantadora.
-¿A que te refieres?
-¿Qué le pasa a tu hermano?, ¿por qué eres tan protectora con él?.- pasa mi pelo detrás de mi oreja y se dedica a acariciarlo.
-Mi hermano…- se me quiebra la voz.-… mi hermanito es autista.- una lágrima se escapa hasta sus dedos.



Narra Niall.

-¿Qué le pasa a tu hermano?, ¿por qué eres tan protectora con él?.
-Mi hermano…mi hermanito es autista.- en mi interior suena un, ¡CLACK!, al ver llorar esos ojos oscuros.
-¿Autista?, ¿es por eso que se pone nervioso?- ella me asiente agarrando la mano con la que he apartado dos lágrimas más.
-Sí, eres la primera persona que ha ido a casa sin conocer… pero no se alteró. No sé que hiciste.

Tenía miedo, creí por un momento que mi padre volvería a gritar pero escuché el ruido del motor del coche, señal de que se habría ido a alguna comida de empresa, señal de que volvería a casa de madrugada igual que siempre. Ella lo nota, no sé como, lo juro que no lo sé, pero me entiende.

-¿Me odiaras más por lo que quiero hacer?
-¿Qué quieres hacer?.- dice más relajada.

Y de un suave empujón mi cuerpo queda sobre el suyo, se deja e incluso se rie de vez en cuando, cuando le hago cosquillas.

-No te odiaré por hacerme cosquillas.- dice entre carcajadas- no lo haré.
-No era eso.
-Tampoco lo haré.- me mira casi metida en un trance, me hace perderme también.- bésame.- pide.


Narra (______)


-No te odiaré por hacerme cosquillas.- ha encontrado mi punto flojo- no lo haré.- me superan las cosquillas en el cuello o las caderas.
-No era eso.
-Tampoco lo haré.- digo entendiéndole.

Me mata el tiempo que esta pasando entre mis palabras y sus actos. Necesito que lo haga. Te necesito Niall.

-Bésame.- esa palabra sale de mi boca en un suspiro.

Sus labios bajan hasta los míos y hago lo que llevo días muriéndome por hacer, perder mis dedos entre su cabello. Al principio es tímido, es tranquilo, relajado, encantador. Agarra mi nuca y me hace elevar la cabeza, sus labios chocan de nuevo contra mi boca y nota un leve mordisco mio, siento su sonrisa, la sonrisa más bonita del mundo esta sobre mí y mi único e indudable miedo es dejarle escapar. Cuando se separa siento un vacío que me hace apretar su mano.

-Es mejor que discutir.- dice radiante.
-Es mejor que discutir.- afirmo incorporándome.
-Pues entonces quiero que signifique algo, quiero que signifique que vas a ser mía.
-¿Es una posesión?.- pregunto aguantando el aire.
-Una necesidad.






ONE SHOT. I´M YOURS (NIALL HORAN Y TU) 2

PARTE 2



Narra (______)

Cuando llegué el lunes a clase, lo hice tarde. Entré a la clase de literatura y me encontré con toda la clase descolocada. Antes de dejar la mochila me acerco a la señora Stynson.

-¿Qué ocurre profesora?, ¿no había examen oral?
-Sí, (____). Pero he decidido que trabajéis en vuestro proyecto de literatura.- me sonríe y vuelve la vista a su periódico. Suspiro.

Me siento junto a Niall, en el último sitio, pegada en la ventana.

-Ya ha llegado Miss Simpatía.- ironiza él.
-Al menos no me basto de sólo de dinero.- respondo evitando mirar sus ojos, es que son demasiado azules.
-Lo que sea, saca los apuntes, al menos hagamos algo útil aunque no estés por la labor.
-Pienso currarme este trabajo el doble que tu. ¿Qué pasa?, el dinero de papi no paga tu parte del trabajo, ¿no?
-¿Sabes que ya cansas?.- me responde. Y cuando lo hace, una parte de mí se siente mal porque creo llegar a haberle herido. Pero no, es imposible, a este tio todo le importa una mierda.


Narra Niall

-Pienso currarme este trabajo el doble que tu. ¿Qué pasa?, el dinero de papi no paga tu parte del trabajo, ¿no?.- si no fuera porque parece débil le habría cruzado la cara, y me hubiera dado igual que sea una chica. Aunque sé que seré incapaz de hacerle algo malo, algo que no sea meterme con ella, ambos nos hemos acostumbrado a eso. Somos expertos en odiarnos.
-¿Sabes que ya cansas?.- y es cierto. Esa niñata no tiene idea de todo lo que ocurre o deja de ocurrir en mi casa.

Sí, mi padre mantendrá su empresa y mi madre será abogada, pero dentro de esas puertas y de esa “mansión”, todo es distinto. Tengo que lidiar día a día con que mi padre no le ponga la mano encima a mi madre cuando vuelve borracho de cualquier reunión de noche. Si no fuera porque puedo acceder a las malditas cuentas del banco no pagaríamos los recibos, mi madre sólo sale de casa para trabajar y si no, está en casa con sus amigas, claro, cuando no está mi padre. Y mi padre directamente se olvida de pagarlas, lo hago todo por internet. Y a veces desearía ser cómo (_______), cuando me fui de su casa supe cómo era su familia, se notaba calor en el ambiente, sus padres habrían salido a alguna cena o un cine, algo así y ella tan sólo se había quedado con el hermano pequeño, no tiene ninguna obligación, cuidar a un simple niño pequeño.

Narra (______)

Llego a casa y casi sin comer me meto en mi cuarto para seguir estudiando el examen del día siguiente. A penas tengo tiempo de hacer algo por las tardes. Cuando Alex se despierta de la siesta tengo que estar con él. Mi madre es encargada de limpieza en un hotel, vuelve bastante tarde y mi padre es auxiliar de enfermería, no es que ganen demasiado, pero tiramos hacia delante como podemos. Escucho el llanto de mi hermano y me giro sobre mi silla, él está despierto en su cama. Tengo que dejar los libros, hasta las 10 no podré volver a repasar el examen.

-¿Tienes hambre?.-pregunto.
-Sí.- asiente.- ¿mamá?.- pregunta.
-No Alex, mamá vuelve más tarde y papá hoy tiene trabajo. Vamos a merendar y a ver la tele vale.
-¡MAMÁ!.- grita.- ¡Mamá!.- se suelta de mi mano y empieza a patalear en el suelo, hoy le ha dado por extrañar a mi madre y no se cuanto aguantaré sin romper a llorar por no poder controlar a mi hermano. Hoy está siendo muy fuerte.
-Alex, Alex.- intento parecer tranquila.- No te enfades, mamá vendrá pronto. Vente conmigo a por un bollo de chocolate, ¿vale?

A los 10 minutos se le pasa un poco, me quedo con él en el suelo hasta que se levanta y se acerca a abrazarme, señal de que me ha hecho caso y que quiere merendar conmigo. Le estrecho entre mis brazos y le acaricio un poco la espalda.

-Tinte amarillo, tinte amarillo.- dice contento y dando saltitos.
-¿Qué?.- pregunto riéndome.
-Tinte amarillo.- dice tocándome el pelo. Quizá tenga algo en la cabeza. Me paso la mano y me miro un poco las puntas.
-Es negro cielo.- digo mostrándole el color. Alex niega con la cabeza y me da un golpe con el pelo, justo en la coronilla.
-Tinte amarillo.- repite y me abre los brazos para que le eleve.
-No sé que te pasa hoy pero me basta con que estés contento, ¿te gusta el color amarillo?
-Sí.- dice ya en la cocina tocándome el pelo.

De dónde a sacado este niño la idea de… espera, me vio… discutiendo con Niall el otro día… tinte amarillo. ¿Lo decía… por él?


Narra Niall

Dioooos, por fin viernes. Si no fuera porque tengo que terminar el trabajo de las narices con (____) hoy sería un día perfecto, al menos hoy no ha aparecido por el instituto. Llego a su casa a las 5 de la tarde y veo salir a una mujer de su casa, es de alta como (______) pero tiene el pelo castaño claro, me cruzo con ella y me regala una sonrisa antes de cerrar la puerta, la cual, se lo piensa mejor y me deja abierta.

-Hola, ¿eres el amigo de (____). Soy Leah, su mamá.
-Encantado señora, soy Niall Horan.- no, claro que no soy amigo de tu hija.- sí, bueno, somos compañeros de clase.
-Pues pasa al salón, (____) bajará enseguida, estaba terminando de estudiar para un examen.- ¿examen?, pero si el próximo examen no lo teníamos hasta el viernes siguiente y era muy sencillo.
-Lo haré, un placer.- dije metiéndome en casa.

Esperé a (____) en el salón y cuando apareció lo hizo en un pijama ridículo de nubes azules. No pude evitar troncharme de la risa, estaba patética.

Y un poco adorable, pero patética, Niall, patética.

-¿Pero no se suponía que llegabas a las 6?.
-Hmm.- murmuro.- bonito pijama.- pero no puedo evitar la risa.
-Te odio.- dice torciendo la boca y marchándose hacia arriba. Al rato baja ya cambiada.

-¿Es qué estas enferma?
-Desde que has llegado.- responde sin mirarme.
-¿Te pongo nerviosa (_____)?.- pregunto acariciando su hombro.
-No me toques.- y al contacto de su mano contra la mía para apartarla de su hombro, algo en mi interior se remueve.- claro que no me pones nerviosa.- sigue sin mirarme a los ojos.
-Pero mírame (_____).- digo con lentitud levantando su cara. Se revuelve y empieza a respirar con algo de rapidez.

Narra (______)

¿Nerviosa?, ojala fuera eso. Me pones histérica, no aguanto a la gente como tu y no te puedo aguantar a ti. Ni ahora… ni nunca.

-No me toques.- siento sus cálidos dedos en mi hombro, sé que se me ha erizado la piel, ¿qué, coño, te pasa (_____)?.-claro que no me pones nerviosa.- intento decir con naturalidad.
-Pero mírame (_____).- esta vez a cogido mi cara. No hagas eso. Intento revolverme y lo consigo pero sigo notando su mano en mi barbilla y me empieza a fallar la normalidad de la respiración.
-¿A qué juegas?.- pregunto apartando su mano.
-Pero si lo estás deseando.- dice riéndose y revolviéndose el pelo. Hubiera removido yo ese pelo si me hubiera dejado. O se lo hubiera arrancado uno a uno.
-Ya, cuando bajes de la nube me avisas.- contesto.

Son casi las 8 y no encontramos la última parte del trabajo. Nos toca quedar a la mañana siguiente y… en su casa. Lo último de lo que tengo ganas, pero no hay alternativa. Los sábados por la mañana es imposible hacer algo en mi casa.

Se coloca la chaqueta para marcharse.

-¿Por qué estabas estudiando hoy para el examen de la semana que viene?.- no parece estar riéndose de mí esta vez así que respondo.
-No es que tenga muchos momentos para estudiar por las tardes.
-Ya, tu hermano pequeño, ¿no?, pero si sólo es un niño.
-Ya, pero es muy revoltoso.- sonrió pero borro el gesto al instante.
-¿Por qué no dejas que le salude?.- pregunta casi vacilando.
-No.- espetó.
-¿Por?
-Se altera.
-¿Cómo tu?
-No.- suspiró.- con las visitas, con la gente que no conoce.

Niall sonríe mirando hacia las escaleras así que me giro para ver cual es el motivo. Alex está bajando con su osito de peluche en la mano, baja muy lentamente y se acerca a mí hasta agarrar mi pierna. Me tira de los pantalones y susurra algo.

-Tinte amarillo.- dice alegre.
-Alex, ahora no.- digo sin demasiada fuerza.
-Hola.- dice Niall agachándose a su altura.
-Yo de ti me apartaba, te va a dejar sordo.- digo.

Pero para mi sorpresa Alex no grita, no se revuelve, no actúa mal, sólo está pendiente de los movimientos de Niall. Aunque parezco tonta, estoy mirando con ternura a ese chico que esta agachado voleando con gracia el peluche de mi hermano. Y Alex empieza a reírle la gracias, se suelta de mi pierna y se pone a dar saltitos efusivamente.

Lleva una mano al pelo de Niall, por un momento pienso lo peor, que le va a tirar del pelo o que le golpeará la cabeza con lo primero que pille en otro de sus ataques. Pero tan sólo le toca el pelo con tranquilidad, Niall se deja.

-A mi también me gusta tu pelo.- dice Niall. Sonrió por unos… 2 segundos.
-Es amarillo.- dice Alex volviendo a agarrarse a mí, me da golpecitos hasta que lo miro.- me gusta el amarillo.- ya Alex, ya.
-Lo sé, a mi también me gusta cariño.- digo cogiéndole en brazos. Bien, (_____), ¿te das cuenta de la gilipollez que acabas de soltar?. Niall se da cuenta y se yergue sonriente.
-No es tan difícil sacarte los colores.- dice el casi fuera. No si encima, yo estaba colorada.- hasta mañana.- se despide con la mano.

Estoy sonriendo cómo una estúpida viéndole subir al BMV, ¿es posible que ese idiota no sea tan idiota como parecía?




ONE SHOT. I´M YOURS. (NIALL HORAN Y TU)

PARTE 1


Narra (_______)

-No volveremos tarde tesoro.- dice mi madre poniéndose el abrigo.
-Pórtate bien con tu hermana, Alex.- le dice mi padre a mi hermano pequeño.- Y (____) a las 10 que esté en la cama.- mi hermano pareció entenderle así que torció el gesto, pero después siguió jugando con su castillo de bloques de leggo.
-¿A qué hora volvéis?.- pregunto.
-La película terminará a las 11 y después daremos una vuelta por la ciudad.- sonrió mientras mi madre se retoca el maquillaje, hacía tiempo que no salían.
-¿A qué hora se va tu amigo?.- dice mi padre ya en la puerta.

¿Amigo?, ese gusano de pelo amarillo no se acerca en nada a lo que se puede llamar, “amigo”.

-Son las 9, estará al llegar y no sé cuando se irá.- contesto y maldigo mentalmente a mi estúpida profesora de literatura y al estúpido trabajo de Cervantes.

Mis padres se marchan y me quedó preparando el portátil y todos los posibles apuntes que vayamos a necesitar para el trabajo. Mi hermano sigue con sus juegos pero en uno de los descuidos coloca mal una de las piezas rojas, al parecer la más grande e importante, a causa de ello, todo el castillo se le derrumba.

Me acerco a él tranquilamente, pues sé como reaccionará. Se lleva sus pequeñas manitos a los oídos y empieza a gritar y respirar con dificultad. Tiene sólo 6 años y padece autismo. Y estas reacciones son demasiado comunes en él. Por un momento me arrepiento de no haberle estado ayudando con el castillo para que no se le haya caído, podría haber evitado el derrumbe.

Agarro la pieza roja con una mano y con la otra recorro el cabello de Alex con delicadeza.

-No pasa nada mi amor.- le tiendo la pieza y él aparta sus manos de los oídos.- ¿ves?, se puede volver a colocar.- y ojala todo en la vida fuera tan fácil como colocar esa inútil pieza.- ¿lo intentamos campeón?.- él me asiente y deja de gritar.

La vuelve a colocar y empieza a construir de nuevo el castillo. Me quedo un rato con él, viéndole feliz, cuesta mucho conseguir esa oportunidad en mi hogar.

Faltan 3 minutos para las 9 y media y ese inútil de la zona más rica de la ciudad está al llegar. Le pongo una película de dibujos a Alex en nuestro cuarto, no para ocultarlo del idiota, si no porque se altera siempre con las visitas y más si nunca ha visto al invitado.

Alex se queda atónito con Bambi y escucho la puerta. Bajo las escaleras y en un movimiento involuntario me coloco bien el pelo y la ropa. Abro la puerta y recibo a un tio enfundado en un polo rojo de marca y unos pantalones vaqueros el doble de caros que 10 de mis prendas de ropa. Se quita las ray-ban negras y marca una sonrisa ladeando la cabeza.

-Pasa.- digo sin ganas apartándome.
-Bonita casa.- dice al llegar a mi salón, deja sus cosas en la mesa y parece observarlo todo con detenimiento.
-Gracias.- sí, seguro, tanto cómo tu mansión. Su casa… que digo su casa, estoy segura de que todo su salón es de grande como mi casa.

Sin decir muchas palabras más empezamos a ocuparnos del trabajo de literatura.


Narra Niall

Aparco el BMW en la puerta que lleva en número que me indicó (_____). Todas las casas parecen ser exactamente iguales. Se nota que el barrio es de la gente de clase media, humildes para ser más exactos.

Toco a la puerta y espero unos cuantos segundos antes de que ella abra. Cuando lo hace, va con una sudadera con el nombre de nuestra ciudad, Mullingar, y unos pantalones cortos, de tela vaquera y con unos cuantos “rotos”. Lleva dos trenzas que le llegan hasta en pecho más o menos, su pelo no puede ser más negro y no hay un verde más oscuro para sus ojos. Intento ser simpático y me obligo a sonreír.

-Pasa.- se aparta con tranquilidad.
-Bonita casa.- digo sincero repasando toda la decoración del salón.
-Gracias.- parece nerviosa pero más bien es… pasota.

Llevamos ya una hora con el aburrido trabajo que nos mando la señora Stynson. Mientras toqueteo todas las teclas del portátil ella está leyendo información de una enciclopedia. Me dice los datos importantes del autor que nos ha tocado y una especie de golpe nos saca de nuestra mente.

-Mierda, Niall, ¿qué hora es?.- gruñe.
-Pues las 10 y media.
-Mierda, tenía que estar a las 10, joder.- echa a correr escaleras arriba gritando, “no te muevas de aquí”, pero nunca he aceptado demasiadas ordenes de nadie y menos de ella.

Tan sólo estábamos unidos por ese trabajo, en el instituto nada cambiaba. Era completamente insoportable y ni yo ni ninguno de mis amigos la tragaba, no por el tema del dinero, pues desde luego tengo amigos que son de este barrio o algunos parecidos, pero ella era… uf. Inaguantable.

Me levanté de allí y la seguí, escuché su voz más un llanto en uno de los cuartos y sin pensarlo demasiado entré.

-¿Es qué estas sordo?, ¡fuera!.- gritó.
-Tenemos que terminar el trabajo.
-¿No ves que no puedo?.- Ella se giró y me mostró a un niño pequeño acurrucado entre sus brazos. Se enderezó cómo pudo, parecía que ese pequeño fuera un secreto que no quisiera contarle a nadie.

Todos tenemos secretos que no queremos contar a nadie.

-Ya, pero a mi me importa el trabajo.- me estaba acercando a ella.
-Ni te arrimes gusano, no le gustan las visitas y menos las de los niños pijos de la zona central.
-Relájate bruja, gritando seguro que sólo le haces llorar más, tu voz es como rascar una tiza nueva en la pizarra.
-Suicídate, que es gratis.- dice soltando una mano e intentando empujarme poniéndomela en la barriga. Casi chillo de dolor.- O mejor, intoxícate con el tinte amarillo de tu pelo.- dice apretando más al chico y haciéndome un gesto con la cabeza.- ya terminaremos el trabajo. ¡Vete!.

Y me fui, ella estaba al borde de cruzarme la cara o de echarse a llorar por al parecer haber descubierto su pequeño secreto, por dios, si tan sólo era un niño pequeño. ¿Qué pasaba?, ¿tener hermanos no era de humanos?

Llego a mi casa y dejó las cosas, mi madre está en su cama con nuestro perrito recostado sobre sus piernas y le acaricia de vez en cuando. Me alegro de que aún mi padre no haya llegado de sus juergas. Pues así, si se le ocurre hacer la misma atrocidad que la noche anterior podre volver a proteger a mamá.

En mi cuarto me desnudo para ponerme el pijama, pero antes de ponerme la camiseta me paro frente al gran espejo de mi cuarto. La marca de la mano de mi padre está impresa en mi abdomen. Al poner mi mano sobre la herida me escuece, pero recuerdo la mano de (____) en su casa. También dolió, pero de una manera u otra era más llevadero. 




viernes, 10 de febrero de 2012

ONE SHOT, (Liam Payne y tu)

(Bueno, más que un ONE SHOT, es un sueño que tuve hace unas tres semanas y escribí xD)




Estás en clase de mates, rompiéndote la cabeza junto a tu mejor amiga, por pillas cómo se resuelven los ejercicios.

Empiezas a notar como una mirada, al final de la clase, empieza a clavarse en ti, pero lo dejas pasar y no te giras. La clase sólo lleva 15 minutos así que no te molestas.

A los 35 minutos de clase, tu sigues notando la mirada clavada de alguien así que decides girarte y ver de quién procede, y te lo encuentras ahí. Llevas pillada por él desde que empezaron las clases, nunca habéis hablado, siempre está con sus colegas y crees que sois tan… diferentes.

Pero ahora te estás encontrando fijamente con los ojos marrones de Liam en la última fila, te encojes de hombros, te pone nerviosa que haga eso, sí, definitivamente te gusta demasiado.

Le apartas la mirada y vuelves a la pizarra, pero no, no dejas de notar sus ojos clavados en ti.

Los días pasaban y todo era exactamente lo mismo, tu, nerviosa, y él sabía como te sentías, seguro, y lo seguía haciendo.

Ese día te giraste y le mantuviste un poco más la mirada, era precioso.

Clase de historia, aburrimiento, muerte máxima, la profesora se tiene que ausentar y tu te pones a hablar con tu amiga, por supuesto sin quitarle nunca la vista de encima a Liam. Ya no sólo te gusta… está empezando a ir a más.

En uno de los descuidos vuelves a girar tu cara, pero él no está detrás. Buscas desesperada con la mirada, necesitas sus ojos y los necesitas ya. Te das cuenta. Está cerca de ti, hablando con otro amigo, pero cerca de ti y te está sonriendo con la misma mirada de siempre. Se te corta el aire, normal, si es que esos ojos sólo pueden provocar eso.

Piensas y reaccionas, tu corazón da un vuelvo y lo vuelves a pensar, ¿por qué no?. La profe no ha vuelto, te levantas quitándote la chaqueta y le dices a tu amiga que te marchas al aseo. Antes de salir por la puerta, ves cómo está mirando tus movimientos. Tu, inconscientemente le haces un gesto con la cabeza, nunca habéis hablado y ahora le hacías señas. Dios.

Echaste a andar hacia el baño y a mitad del camino viste que el pasilla estaba vacío. Escuchaste pasos, pum, pum, pum. Se te aceleró el corazón. Los pasos se hicieron el doble de rápidos.

Te giraste y antes de que él llegara a tu altura tu corriste a sus brazos. Enseguida os pegasteis, notaste su cintura rozando la tuya y todas las partes de tu cuerpo empezaban a ser recorridas por sus manos.

No le besaste, aún, buscaste su cuello para darle un leve mordisco y cuando te separaste para buscar su boca se removió sin dejarte y haciéndote suspirar.

Empezaste a andar para atrás, él te guiaba mientras tu le bajabas la cremallera de la chaqueta y, ¡TUM!, chocaste contra la puerta del baño de chicos.

Ya dentro, sin soltar sus brazos volviste a intentar solucionas la cuenta pendiente con sus labios, pero él giró la cabeza bajándola a tu cuello para empezar a besarlo. Te jodió, te jodió que se volviera a apartar.

-Eres cruel.- eso fue lo primero que le dijiste. Las primeras palabras que le dedicaste, y le estabas llamando cruel. Cruel por no dejarte probar su boca.
-Y tu impaciente, (tn_____).- escuchaste eso y tu nombre, se te erizó la piel y rodaste para que su espalda chocara contra uno de los 4 aseos, él le dio una patada para abrir al mismo tiempo que tiraba de tu camiseta.

Se sentó y te soltó por un momento para pasar sus manos por su pelo, como colocándoselo bien, eso te derritió. Agarró tus muslos y te pegó de nuevo a él. Tu te sentaste sobre él, suspiraste y él se rio un poco de ti.

-¿A qué has jugado todo este tiempo?.- dijiste abriendo los dos primeros  botones de la camisa de manga corta que llevaba bajo la chaqueta.
-¿Has?.- vaciló.- Hemos.- te corrigió.

Te cogió de la nuca, esta vez dulcemente y te acercó hasta su cara, rozaste su nariz y automáticamente te pasaste la lengua por los labios. Dios, Liam, bésame ya.

-Pídelo.- dijo él sonriendo.
-No.- torciste el gesto.
-Entonces no lo haré.- se separó un par de centímetros.
-Bésame.- susurraste agarrando el cuello de su camisa y tirando hacia ti.
-No era tan difícil.- cogió aire…. cogisteis aire y chocó sus labios contra los tuyos.




jueves, 2 de febrero de 2012

ONE SHOT (Harry Styles y tu) PARTE 2

PARTE 2


Al día siguiente te levantaste confundida y sentándote en la cama recordaste cada segundo de la noche anterior. Bajaste a la cocina y te echaste un café con leche y azúcar y volviste con el café a tu cuarto. Conectaste el PC y casi inconscientemente escribiste lo último que escuchaste de sus labios. “Isn´t she lovely”… glee, Stevie Wonder… ¡Harry Styles!

Tu cara cambió al ver quien era en realidad ese tal Harry, acababa de quedar tercero en un concurso de música con 4 chavales más y tú sólo veías a niñas gritando y gritando en los videos por conseguir un autógrafo o foto con aquellos hermosos ojos verdes.

Decidiste molestarlo, tú no entendías porque el fin de semana anterior habían estado 4 chicos en casa con él pero viste que esos 4 chicos, eran los de su grupo. Esperarías a la próxima vez que vinieran e intentarías burlante un poco de Harry pasándote por una fan loca.

A los pocos días escuchaste cómo le decía a su madre que los chavales esos vendrían y te cambiaste de ropa para ver a tus, “ídolos”.

Te habías aprendido los nombres viendo un par de fotos de cada uno, así que reconocerlos fue fácil. Entraste al salón y sólo posaste la vista en Harry, cogiste aire y lo soltaste.

-Oh dios mio, sois One Direction.- dijiste, “ilusionada” y acercándote a ellos.
-Hola, sí, somos nosotros. ¿Harry no te ha contado que veníamos?.- preguntó un chico de ojos marrones y pelito rizado… Liam.
-No.- dije sonriendo.- tu eres Liam.- volví a “ilusionarme”.- Jo Harry, ¿por qué no me contaste que los habías invitado?.- la cara de Harry era un poema. Su intención había sido que le descubrieras a él no que te murieras por los otros 4.

Hablaste con todos, Liam, Louis, Zayn y Niall- Al rato remataste la tarea y cuando te despediste le diste un beso a cada uno de los 4 cerca de la comisura de los labios. A Harry simplemente le soltaste un adiós seco para ti pero que sonaba a emoción.

Subiste arriba y te diste cuenta de que tu padre y Anne no estaban, en poco rato te quedarías sola con él y volvió a entrarte el miedo, pues sabías que te la devolvería. Rezaste porque Anne y tu padre llegaran pronto pero nadie pareció hacerte caso.

Escuchaste el ruido de la puerta y por la ventana de tu habitación viste a los otros 4 meterse en el coche de Louis. Intentaste tranquilizarte y parecer natural navegando por internet. Escuchaste tu puerta abrirse y el gran portazo, te levantaste mientras te temblaban las manos, cosa que él no vio. Te girarte y le viste acercarse.

-Sólo has quedado cómo una fan histérica.- dijo riéndose de ti.
-Tú me diste la idea de buscaros, Harry Styles.- pronunciaste con inocencia.
-No era para que te pusieras cómo te has puesto.- dijo acercándose.
-¿Y cómo quieres que me ponga?, ¿te ha molestado?.- esta vez lo dijiste con chulería.- Ah no… que lo que querías es que sólo te prestara atención a ti.- pensaste en voz alta.
-Eso ya lo haces cada día.- y no mentía.- ¿O me equivoco?.- dijo con sus manos en tus caderas.
-Te equivocas.- mentiste palideciendo.
-¿No te gusto?.- preguntó y te besó en el cuello. Suspiraste en su oído.
-No me gustas.- esto último lo susurraste notando sus manos en los bolsillos traseros de tu pantalón.

No podías más, lo tenías delante, a centímetros… y te encantaba. Pusiste tus manos en su cuello y te acercaste hasta respirar el mismo aire, él apoyo su frente en la tuya y miró intensamente tus labios.

-Lo estás deseando.- faltaban escasos centímetros para que sus labios se pegaran a los tuyos.
-Lo deseas tú.- afirmaste. 

Cogiste aire y agarraste pasionalmente su cuello, pero cuando quisiste encontrarte con su boca Harry volvió a reírse de ti echándose hacia atrás y apartando tus manos de su cuello. Habías quedado mal, cómo una idiota. Harry te había puesto la miel en los labios y no te había dejado saborearla. Estabas roja frente a él y él te miraba con autosuficiencia, se sentía orgulloso al parecer de dejarte así.

-¡Fuera!.- gritaste y empezaste a llorar. De repente la cara del señorito, Harry Styles, se descompuso un poco. Parecía mirarte casi pidiendo una disculpa pero no decía una palabra.- ¡Vete!.- volviste a gritar.- Eres un capullo, ¡márchate!
-Eh, no llores.- dijo, ¿con dulzura?.- no sabía que eras así, lo siento.- ¿estaba pidiéndote disculpas?
-¿Y cómo te creías que era idiota?.- le apartaste cuando se intentó acercar a ti.
-Cómo las demás.- dijo girando la cara.
-¿Qué?.- preguntaste incrédula.
-Cómo las demás.- repitió.- creía que te gustaba.
-¿Gustarme?.- ojala fuera sólo eso.
-Sí joder, me dijeron que venías, y que eras una chica de mi edad y yo creí que te gustaría, cómo a la mayoría.- era un creído.- pero la primera vez que me viste no me reconociste.
-¡¿Y cómo te jodió tú me has hecho la vida imposible?!.- preguntaste gritando.
-Lo siento.- repitió.
-¿Te das cuenta de que eres un gilipollas?.- parecías enfadada pero te enternecías ante la mirada de aquel chico. Él asintió.- ¿Y te das cuenta de que lo único que has conseguido es que yo tenga más ganas de irme de aquí?.- no te miraba, pero asintió.- ¡mírame!.- pediste y lo hizo. Cogiste su cara entre tus manos y las bajaste hasta llegar a su pecho, le empujaste suavemente a la pared pero terminaste con fuerza y se escuchó el impacto de su espalda contra ella. Te pegaste a su cuerpo, su cintura a la tuya.- ¿y te das cuenta de lo que has conseguido?.- él miró incrédulo y volviste a notar al rato sus manos sobre tu cintura.- serás un capullo.- aseguraste.- y aun así, me vuelves loca.

Por fin salvó la distancia que os separaba. Por primera vez desde que estabas en esa casa saboreaste sus labios. Notabas su sonrisa sobre tus labios, él notaba la calidez de tus dedos sobre su cuello.