miércoles, 29 de febrero de 2012

ONE SHOT. LIAM PAYNE Y TU. PARTE 2


Pasaron varios días y mi tentación había podido conmigo. Así que me metí en internet para ver si había videos. No tenían ningún videoclip ni nada por el estilo. Tan sólo unos videos cantando en un programa de la tele.

-¿Pero estás tonta?, por dios, me da a mi su número el mismísimo Liam Payne y estoy que me lo pienso. Lo llamo al instante.- gritó Elisabeth.
-¿Tu crees que un famoso iba a ir soltando su número por ahí?
-Puede que no.- recapacitó.- Pero tu no sabías que era famoso. ¿Y si te lo dio por eso?
-Que no.- suspiré.- no voy a llamar.
-Pues le llamo yo.
-Todo tuyo.- le tendí el papel con el número de teléfono de Liam y tan pronto como el papel llegó a sus manos se puso a escribir un mensaje. Unos cuantos.
-Listo.- dijo orgullosa.
-¿Te ha pedido una cita?
-Se la has pedido tu a él.
-¿QUÉ?
-Sí. Básicamente le he dicho que tu móvil está estropeado. ¿Sabés donde esta Milksake City?, y yo de ti me daba prisa. Habéis quedado a las 8 y son… las 7 y cuarto.
-¡Te mato!, no voy a ir.
-Vas a ir.
-No.
-¡(____)!
-Uf.- me rendí y me puse a buscar en mi armario.- cuando me haga quedar como una gilipollas voy a venir a arrancarte los pelos uno a uno.
-Aquí te espero.- se tiró en mi cama.

Llegué al sitio ese a las 8 y 5, me senté en una mesa y esperé como una idiota. ¿Cómo he podido ser tan tonta?. De verdad, (_____), ¿un chico tan mono queriendo salir contigo?. Baja de la nube bonita.

-Hoy no estás en los baños.- dijo una voz a mi espalda.
-Ni tu haciendo gritar a mil chicas.- reí.- llegas tarde.- miré mi reloj. Las 8 y media.
-Sonará a escusa pero me ha surgido un contratiempo.
-Con que pagues tu el café y me lo cuentes me vale.- sonreímos al mismo tiempo.

Liam llegó con dos capuchinos con chocolate caliente y se sentó frente a mí.

-¿Y bien?.- le apremié.
-Asuntos de trabajo.- me bajé de la silla.- vale, vale.- sonrió.- eres más tozuda que en los baños del centro comercial.
-Eso parece.- me reí.
-Los chicos y yo haremos una gira con los participantes de factor X. Me he retrasado por ensayar, tampoco está tan mal, sólo media hora.- no, nada mal.
-Vale, por esta vez te lo paso.- nos reímos.- aunque casi no vengo.
-Anda.
-Es que creí que me dejarías plantada.
-¿Y eso por qué?.
-No sé, no todos los días me da su móvil un chico famoso.
-Jo, que soy humano. ¿No puedo darle mi número a una chica que se hasta se cuela en los baños para verme?.- dijo con gestos. Me hizo reírme más.
-Sí, claro, no sé. Sólo que pensé que pasarías de mí. ¡Au!.- chillé cuando noté un pellizco en mi brazo.
-No paso de ti.
-¡Liam!, eso duele.

Creí que todo iba a salir mal y resulta que es un chico encantador con el que llevo más de 3 horas hablando de mi vida sentada en un parque.

-Así que me presente de nuevo, dos años después y aquí estoy.
-Woah.- dije sorprendida.- todo un ejemplo a seguir Payne.
-No es para tanto.
-Sí, creo que sí. Tu historia es… un claro ejemplo de superación. No sé. Yo no tendría narices de volver a ponerme frente a ese jurado y tu, aunque pareces tímido, en pocas palabras, le echaste huevos.- le hice reír.- es cierto, no te rías.
-Me rio porque me has caído demasiado bien.- me revolvió el pelo y me quitó el gorro negro.
-¡Eh!, mi gorro.- me quejé y él empezó a correr.- ¡vuelve aquí!.- salí escopetada tras él.
-No, no hasta que me devuelvas el dinero de esos cafés.- dijo escondiéndose tras un árbol.
-¿Me estás pidiendo una segunda cita Liam?.- pregunte riéndome pero intentando no ponerme roja.
-Tómalo como un ajuste de cuentas si quieres.- se rio de mí.- pero no volverás a ver tu gorro hasta que no vuelvas a quedar conmigo.
-Pues ya no quiero el gorro.- dije cruzándome de brazos y haciéndome la enfadada. Más bien quería que viniera tras de mí.
-Eh, eh, eh.- dijo.- lo siento por molestarte.- se acercó a mí.
-¡VENGANZA!.- chillé tirándome sobre él y arrebatándole el gorro de las manos.
-Eso no vale.- dijo debajo de mí.
-Sí, sí vale. Pero si tu me has hecho lo mismo.
-No estaba preparado.
-¿Me vas a dar mi gorro?.- dije cuando me lo volvió a quitar.
-¿Volverás a salir conmigo?.- se adaptó sobre sus hombros y la sangre subió a mis mejillas cuando él acercó su cara a mí.
-Depende.- dije casi suspirando.
-¿De qué?
-De esto.

No me conocía a mi misma. No sabía como había sido capaz pero mi cuerpo acaba de encajar perfectamente con el suyo y yo había empezado un beso con bastante timidez. No duró demasiado, pero si lo suficiente como para dejarme con ganas de más.

-¿Era eso?.- preguntó y asentí.
-¿Cuándo dices que podrás devolverme mi gorro?, y tranquilo, me dará igual que el trabajo te retrase.
-¿Le apetece en este mismo sitio el próximo sábado señorita?.- preguntó cogiendo mi mano y haciendo una especie de “reverencia”.
-Eres raro.- me reí.- pero claro que sí. Podré a las 6.- le di un abrazo.- hasta el sábado príncipe azul.- dije en su oído deshaciéndome bajo sus brazos. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario