miércoles, 29 de febrero de 2012

ONE SHOT. LIAM PAYNE Y TU. PARTE 4


 3 MESES DESPUÉS.

-Olvídame.
-(_____), por favor.
-No, ni por favor ni nada, ¿cómo has podido ser tan mentiroso?.- dije desolada.
-Pero déjame explicártelo, sólo era por ayudar a Zayn, te lo juro.- dijo él.
-No inventes escusas Liam, ¡no inventes!. ¿Sabes qué?, hace tres meses y medio yo me tenía que a ver quedado en casa cuando Elisabeth quedó contigo por mí. No tenía que haber ido a esa estúpida cita, ¡nunca!.- Liam cogió mi mano.
-¡Escúchame joder!.- me solté.- no es como crees (_____). Te repito que sólo fue por un colega, ¿de verdad piensas que soy capaz de engañarte?
-No, no lo pensaba. ¡Es lo que más me duele, Liam!. Que confié en ti y mira lo que me has hecho. ¡Vete!, ¡lárgate!, es que no quiero volver a verte en mi vida.
-¡No me voy a ir!, ¡no hasta que me creas!
-¡No me grites!, ¡no tienes derecho a gritarme!.
-¡Sí, sí grito!.- esta vez me cogió de las dos manos para que me estuviera quieta.- ¿¡recuerdas lo que te dije aquel día!?. ¡Que sería capaz de gritar más que tu si nos peleábamos!.
-No me importa lo que dijeras aquel día, ya no me importa absolutamente nada de ti.- dije llorando.

Me soltó lentamente mirándome a los ojos y salió de mi cuarto cogiendo sus cosas.

Volví a mirar la revista, la foto de Liam besando a Rebeca Ferguson me quemaba en las manos, pero era la realidad, unos fotógrafos los habían pillado y Liam ahora había intentado negarme lo evidente. ¿Cómo he podido ser tan tonta?, 3 meses y medio enamorándome de un tio que al final ha acabado jugando conmigo.

No hay ya rastro de alegría en mí, Liam ha conseguido dejarme sin ganas de nada.  

3 o 4 días después.

-¿______?.- preguntó Zayn al otro lado del teléfono.
-Dime Zayn.- contesté.
-Verás, Liam nos lo ha contado todo, llevaba 3 días sin salir de su cuarto.
-Bueno, ¿y qué?
-¿Cómo que, y que?, no esta bien (_____).
-¿Y yo sí, Zayn?, sólo importa él, ¿no importa que me engañara con otra?
-(_____), él no te mintió, te dijo lo que de verdad ocurrió. Veras… yo salí con Rebeca en factor X. Cuando me di cuenta de que todavía me gustaba y de que necesitaba saber si ella aún sentía algo por mí le pedí ayuda a Liam. Y todo salió bien, logré contactar de nuevo con ella e incluso quedamos un par de veces pero para que los medios no sospecharan Liam salió con ella algunas veces e incluso Harry en una ocasión. Nadie viene a incomodarnos ya que no tienen claro con quien está.
-Eso no explica que ella y Liam se estuvieran besando, no tenía porqué haberle besado si sólo salían juntos para engañar a los medios.
-La foto del beso es en la puerta del piso de Rebeca y lo del beso fue idea mía. Perdóname, fui algo egoísta creyendo que era mejor que los medios creyeran que Liam te hubiera engañado a que volvieran ha atosigarnos a Rebeca y a mí.
-¡Zayn!.- grité.- ¿eso es cierto?
-Sí, no sé cómo pedirte perdón, de verdad (____). Lo siento mucho. Sólo es que ya perdí a Rebeca una vez por la presión de las cámaras, no quería que volviera a suceder. Entiendo que no me quieras volver a hablar.
-¿Dónde está Liam?
-(______) yo…
-Que sí Zayn, has sido un poco capullo, pero te perdono. Ahora mismo no me importa lo que tu me has hecho si no lo que yo le he hecho a Liam, dije cosas que nunca tendría que haber dicho.
-Pues.- suspiró.- Liam esta en su cuarto ahora mismo. ¿Vas a venir?
-Claro, voy a cambiarme.- me quité dos lágrimas que caían por mis mejillas.
-Me dejas más tranquilo.- se rio.- nos iremos los chicos y yo para dejaron hablas aquí en casa. ¿Vale?
-Está bien, gracias Zayn.- colgué.

Cogí el metro y cuando bajé salí corriendo hasta la casa de los chicos. Toqué al timbre repetidas ocasiones y el tiempo que tardó en abrirse la puerta se me hizo eterno. La puerta se abrió pero nadie me recibió así que entré.

Debería de haber unas 10 decenas de rosas por todo el salón esparcidas. De varios tamaños distintos, pues algunas estaban cortadas y otras tan sólo eran la flor sin el tallo puesto encima de algún cojín.

-También te dije ese día que negociaría con el dependiente.- dijo su voz a mis espaldas. Me giré y me encontré con unos ojos llorosos. Estaba apoyado en la puerta con una rosa más, pero esta era blanca.

Dejé el bolso y la chaqueta en el suelo con lentitud sin poder dejar de mirarle a los ojos. Empecé a andar hasta él “y un grupo de lágrimas bajaban por mi cara”.

-Has llenado tu salón de rosas.- dije por fin.
-Sí, en la floristería dije que era la única manera de que mi chica favorita supiera que estoy enamorado de ella.
-Te quiero.- susurré.
-Te quiero.- repitió.- déjanos tener el resto de nuestra vida para demostrarlo. 



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